Críticas
Estreno en cines
Crítica de “Cuando cae el otoño" ("Quand vient l'automne”), película de François Ozon con Hélène Vincent, Josiane Balasko y Ludivine Sagnier
-El prolífico e inclasificable cineasta francés de films como Los amantes criminales (1999), Gotas que caen sobre rocas calientes (2000), Bajo la arena (2000), 8 mujeres (2002), La piscina (2003), Joven & bella (2013), Frantz (2016), El amante doble (2017), Por gracia de Dios (2018) y Verano del 85 (2020) sorprende con una tragicomedia sobre relaciones familiares que pendula entre lo incómodo y lo emotivo. Ganadora de los premios a Mejor Guion y Mejor Actor Secundario (Pierre Lottin) en el Festival de San Sebastián 2024.
-Sumamos una videoreseña.
Cuando cae el otoño / Quand vient l'automne / When Fall Is Coming (Francia/2024). Dirección: François Ozon. Elenco: Hélène Vincent, Josiane Balasko, Ludivine Sagnier y Pierre Lottin. Guion: François Ozon y Philippe Piazzo. Fotografía: Jérome Alméras. Edición: Anita Roth. Música: Evgueni Galperine y Sacha Galperine. Distribuidora: Mirada. Duración: 102 minutos. Apta para mayores de 13 años.
Pocas veces una estrella como Ludivine Sagnier ha hecho un personaje no solo secundario sino tan despreciable como la Valérie de Cuando cae el otoño. Ella llega de visita a la casona rural de su madre junto a su hijo Lucas, pero se dedica a hablar o chatear por teléfono, solo tiene reproches y lo único que parece importarle es quedarse con el dinero o incluso con las posesiones de su progenitora.
Michelle (la extraordinaria Hélène Vincent, candidata automática al premio a Mejor Actriz), en cambio, le ha preparado a su hija y a su nieto un banquete con los champiñones que ella y su amiga y vecina Marie-Claude (Josiane Balasko) han recogido en el bosque. Pero algo sale mal, muy mal: algún hongo incluido en la comida era venenoso y Valérie es internada de urgencia por intoxicación. Se recupera, pero la indignación hacia su madre se potencia aún más y hace que parta de inmediato del lugar y corte de forma abrupta las vacaciones del pequeño Lucas.
La pésima relación madre-hija se contrapone con el muy buen vínculo abuela-nieto. Ozon nos expone una realidad de muchas familias en las que a veces hay que saltar una generación para romper la toxicidad y encontrar una instancia más sana. Hay una segunda e interesante subtrama: Marie-Claude tiene a su hijo Vincent (Pierre Lottin) en prisión y, cuando éste sale en libertad y enfrenta un desprecio generalizado, será Michelle quien lo ayudará a reinsertarse dándole primero trabajo y luego ayudándolo a financiar la apertura de un bar.
Este es solo el punto de partida de una película sinuosa y contradictoria, que va de la comedia negra al thriller y al drama familiar, y en cuya deriva iremos descubriendo secretos, confabulaciones y tragedias. Uno de los elementos que más sorprenden y que mejor maneja Ozon es el pasado de Michelle como prostituta, un oficio al que no se juzga y que además le ha dejado a la hoy anciana un muy buen pasar económico.
La película funciona mucho mejor en las zonas más ambiguas e inquietantes, cuando el director esboza y sugiere, pero -lamentablemente- sobre el final cede a la tentación de explicar por demás y apelar incluso a zonas más propias del realismo mágico. De todas formas, Cuando cae el otoño recupera en varios pasajes al mejor Ozon, ese que alguna vez fue un cineasta disruptivo y provocador. Bienvenida sea entonces esta retorno a las fuentes, aunque solo sea de forma parcial.
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