Columnistas
El caso de “El Irlandés” (Netflix) para entender la guerra entre el streaming y el negocio del cine
Por Diego Batlle
Por qué pasó lo que pasó con el nuevo film de Martin Scorsese en las salas de Argentina.
Ocho funciones en cuatro días (jueves, sábado, domingo y martes) en un cine de Devoto. Eso es todo lo que consiguió El Irlandés en la Ciudad de Buenos Aires. En GBA no le fue mucho mejor: apenas una proyección diaria en el complejo Los Nogales de Tristán Suárez. Es cierto que en algunas provincias, como Córdoba, se exhibirá en 10 complejos, pero que una de las mejores películas del año (y una de las mejores de la carrera de un maestro del cine como Martin Scorsese) se exhiba de manera raleada en solo 58 pantallas habla a las claras de una anomalía.
La explicación, claro, nada tiene que ver con los valores del film ni de la obra de Scorsese, sino con la larga guerra que vienen manteniendo los servicios de streaming (con Netflix a la cabeza) y las principales cadenas de exhibición. Desde hace décadas rige un sistema de “ventanas” que, con modificaciones parciales con motivo de los cambios tecnológicos que afectaron la distribución, se ha mantenido casi inalterable. El principal es el que le otorga a los dueños de las salas una exclusividad no menor a los cuatro meses (antes era incluso de más tiempo) para la explotación de las películas hasta que las mismas puedan ser comercializadas en otros ámbitos y formatos.
Netflix -por su poder de fuego- siempre sostuvo la postura más radical en contrario y llegó en muchos casos a proponer el lanzamiento simultáneo en salas y en streaming. Luego, como prenda de negociación, aceptó diferir en algunos casos la llegada a su plataforma. En los Estados Unidos, por ejemplo, El Irlandés arribó a salas de Nueva York y Los Angeles el 1º de noviembre, es decir, 27 días antes de su desembarco mundial en Netflix.
Pero ni siquiera esas concesiones han contentado a las grandes cadenas de exhibición, que mantienen un férreo boicot a las películas originales de Netflix. En Argentina no solo lo mantuvieron Cinemark-Hoyts, Showcase y Cinépolis sino que también se plegaron (ya sea por temor a las represalias o por solidaridad empresarial) las principales cadenas locales como Cinemacenter o Multiplex.
En los Estados Unidos -donde la empresa es un gigante con más de 60 millones de suscriptores- Netflix se dio el gusto (y le dio el gusto a Scorsese) de alquilar gigantescos y venerados teatros para lanzar allí El Irlandés y compensar de esa manera la falta de multicines. No le fue nada mal: en el Belasco Theater de Nueva York, que tiene 1.200 butacas, se agotaron varias funciones durante el primer fin de semana y en la reventa se llegó a pagar ¡100 dólares! la entrada. Es como si en Buenos Aires se hubiesen alquilado el Gran Rex y/o el Opera para exhibir allí la épica histórica con Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci.
La disputa entre Netflix y los exhibidores se trasladó también a otros ámbitos. Desde hace dos años el Festival de Cannes se niega a programar películas originales de ese servicio de streaming en su Competencia Oficial en apoyo a las exigencias de los exhibidores franceses. Así, los films de Netflix (como la multipremiada Roma en 2018 o Historia de un matrimonio, La lavandería y El rey en 2019) terminaron en otras muestras que mantienen buenas relaciones con Ted Sarandos y compañía como las de Venecia y Toronto.
Netflix es el principal perjudicado, pero no el único en esta guerra del cine en salas contra el streaming. Amazon, que en un principio garantizaba una “ventana” de varios meses para que sus producciones originales tuvieran un amplio recorrido previo en los cines, cambió hace poco su política y redujo sensiblemente ese período de exclusividad, casi a la par de Netflix. La respuesta no tardó en llegar y ahora son pocas las cadenas que aceptan proyectar sus films. En los últimos días se vivió un caso patético y penoso en la Argentina: Reporte clasificado (The Report), valioso thriller político con Adam Driver, Annette Bening y Jon Hamm, se lanzó en apenas dos pantallas y fue visto por poco más de ¡100! espectadores en su primer fin de semana. Un auténtico estreno fantasma.
Así planteadas las cosas, cada vez serán menos las producciones originales de Netflix que llegarán a las salas comerciales. De hecho, la distribuidora Energía -que se encargó de lanzar El Irlandés- desistió de la idea de lanzar Historia de un matrimonio, aclamada película de Noah Baumbach también con Driver y en este caso Scarlett Johansson. Si con un largometraje de Scorsese no consiguieron buenas salas, qué se puede esperar para un film de menor escala (no digo valía).
Los argumentos que se esgrimen desde uno y otro extremo de esta “grieta” son atendibles. Que si se deja avanzar aún más a Netflix se termina el negocio del cine, dicen unos; que el sistema de “ventanas” en estos tiempos en los que el consumidor quiere ver los contenidos aquí y ahora (cuando quiere y dónde quiere) es anticuado y obsoleto, responden los otros. Lo cierto es que, por el momento, no hay señales de tregua a la vista. Así como los cinéfilos casi no pudieron ver en pantalla grande Roma, del mexicano Alfonso Cuarón, el año pasado; serán muy pocos los que podrán disfrutar ahora de esa obra maestra de 210 minutos que concibió Scorsese. La “revancha”, aunque más no sea sentado en un sillón y frente a un reproductor hogareño, no tardará en llegar: desde el miércoles 27 de noviembre serán millones los usuarios que podrán apreciar la historia de ese asesino a sueldo irlandés que se convirtió en la mano derecha del líder sindical Jimmy Hoffa.
Toda la información sobre OtrosCines/Club y cómo sumarse a nuestra comunidad cinéfila
COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



COLUMNISTAS ANTERIORES
Diego Batlle y Manu Yáñez analizan la nueva película del director de Aquel querido mes de agosto y Tabú, que luego de su estreno mundial en el Festival de Cannes 2024 (Premio a Mejor Dirección) y de un breve paso por las salas argentinas ya está disponible en la plataforma de streaming MUBI.
Análisis de la nueva película del director de No Rest for the Braves / Pas de repos pour les braves (2003), The King of Escape / Le roi de l'evasion (2009), El desconocido del lago / L'inconnu du lac (2013), Rester vertical (2016) y Viens je t'emmène (2021). Lanzamiento en Argentina: Festival de Cine Francés (Abril 2025) y en salas comerciales (Mayo 2025).
Algunas ideas sobre cómo (re)pensar las películas en estos tiempos de ataques constantes y con un INCAA intervenido y prácticamente inactivo.
Nuevo aporte de nuestro columnista experto en legislación cinematográfica.
Lo que no se dice, en esta nota, es la presión de la Cámara Argentina de Distribuidoras Independiente que también hacen en las salas. Y el feroz descontento de la CADI con la empresa de los De Grazia (Energía Entusiasta es desde hace años agregador de contenidos de Netflix y por otros motivos también fueron expulsados alguna vez de la CADI por el resto de sus socios). Los cambios en la distribución están llegando. Hoy las compañías locales de distribución no agregan valor. Su rol puede fácilmente ser reemplazado por una oficina local agrupando compañías extranjeras para el trato directo con las salas. Este es tb el tema y aquí no se dice nada. ¿Tema taboo?.