Cartas

¿Qué hay de nuevo en el Nuevo Cine Argentino? A propósito del fenómeno de Historias extraordinarias, de Mariano Llinás, en la reciente edición del BAFICI

Publicada el 04/05/2008
La crítica -es una de sus funciones (podríamos decir sus obsesiones)- busca y busca lo nuevo de lo nuevo. Así, cuando el Nuevo Cine Argentino empezaba a oler a viejo, allí aparece la figura de Mariano Llinás para ser entronizado de inmediato como el paradigma de la renovación.

Se habló tras el último BAFICI casi de una revolución por el hecho de haber filmado una muy buena película de cuatro horas y media con sólo 30.000 dólares aportados por el canal I-Sat y la ayuda técnica de la FUC (aclaro que son datos que el mismo hizo públicos).

¿Es ese el modelo de cine argentino que queremos? ¿Es reivindicable simplemente porque no va a pedir plata al INCAA? Yo creo sinceramente que no es el esquema a seguir. Lo felicito por lograr que tanta gente y tantas instituciones "pongan el hombro", pero considero que el cine es una industria y, como tal, exige profesionalismo, buenos salarios, equipos de primera línea, etc., etc. Con esto no estoy avalando los sobreprecios, las coimas en el INCAA, los presupuestos inflados, los entuertos con el SICA o SADAIC, ni cosas por el estilo.

Simplemente sostengo que lo de Historias extraordinarias es, como su título, un caso extraordinario y no un modelo a imitar. Llinás es una rara avis, un profeta en el desierto, un director talentoso y un gurú antisistema. Lo aplaudo y le deseo la mejor de las suertes en todos sus proyectos. Pero con dos, cinco, veinte o cincuenta Llinases jamás conseguiremos tener una industria de cine hecha y derecha. Quizás esa sea una opción válida (quedar reducido a un grupo de artesanos entusiastas), pero si queremos jugar en primera, ir a Cannes, vender nuestras películas en Europa, competir por el Oscar, o llenar las multipantallas no basta con esfuerzos titánicos de gente bienintencionada.

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