Cartas
Lo que ellas quieren
Publicada el 19/06/2009
Los argentinos, qué duda cabe, quieren productos amables y obvios, pero que sean "lindos" ("¡qué linda fotografía tiene!", escucho y siento náuseas).
No sé si porque pasó a ser un entretenimiento caro, si porque a la gente se le atrofió el cerebro y ya no tiene paciencia ni ganas de ser desafiada, pero lo concreto es que cada vez hay menos hábito de ver buen cine de autor, ya sea argentino o extranjero.
Que Una semana solos, de Celina Murga, deba mendigar un par de salas y un par de semanas de vida en la cartelera, mientras este dramón histórico de Teresa Costantini tenga todo a su disposición, habla a las claras del estado de las cosas.
Las mujeres -que van mucho al cine solas o deciden por sus maridos qué ir a ver- optan por productos que bien podrían ser proyectos de y para la televisión, mientras que ellos corren raudos al próximo tecno-thriller con un millón y medio de efectos visuales que olvidan a la media cuadra.
Mientras tanto, el mejor cine del mundo sólo llega a cuentagotas (y ahora en proyección DVD) o durante el oasis del BAFICI, las salas cada vez están más vacías, los cinéfilos ven sus películas bajadas de Internet en pantallitas de computación y lo que alguna vez fue una herramienta invalorable para descubrir el mundo y discutir sobre él en interminables veladas de café va muriendo lenta, pero inexorablemente. Q.E.P.D.
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