Críticas
El sabor de la noche: My Blueberry Nights, de Wong Kar-wai
Belleza, talento, lirismo, artificio y reiteración
Con su enorme talento narrativo, su lirismo romántico y su excelencia visual, el gran Wong Kar-wai sale indemne de su primera incursión en idioma inglés, en territorio norteamericano y con una no-actriz (la cantante Norah Jones) como heroína. Su cine sigue siendo embriagador, pero al mismo tiempo da señales de cierto agotamiento. Una película de transición hacia una a esta altura necesaria renovación de un estilo y un universo artístico que lo llevaron a la máxima consideración internacional.
El sabor de la noche: My Blueberry Nights (My Blueberry Nights, Hong Kong, China, Francia/2007). Dirección: Wong Kar-wai. Con Norah Jones, Jude Law, Natalie Portman, David Strathairn y Rachel Weisz. Guión: Wong Kar-wai y Lawrence Block. Fotografía: Darius Khondji. Música: Ry Cooder. Edición y diseño de producción: William Chang. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 93 minutos. Apta para mayores de 13 años. Salas: 19.
Si bien no alcanza las cimas líricas y románticas de Con ánimo de amar o Felices juntos, esta primera película rodada en inglés y en los Estados Unidos por el celebrado director chino sortea muy bien el desafío no sólo de filmar lejos de su ámbito (Hong Kong) y en un idioma que no es el propio, sino también de hacer debutar en la actuación a la célebre cantante Norah Jones, acompañada por un elenco de grandes figuras, como Jude Law, David Strathairn, Rachel Weisz y Natalie Portman.
El sabor de la noche: My Blueberry Nights es una auténtica rareza también en su concreción: este proyecto, de 18 millones de dólares, se rodó según las exigentes reglas de la industria y de los sindicatos norteamericanos, pero sin financiación de ese origen (es una coproducción franco-china) y con un equipo en su mayoría extranjero.
El film -que en la apertura del Festival de Cannes se vio en su versión de 111 minutos y en los Estados Unidos se estrenó con una duración exacta de una hora y media- está dividido en tres grandes partes (Nueva York, Memphis y Las Vegas) que tienen como eje a Elizabeth (Jones) y a Jeremy (Law), dos almas en pena producto de sendos desengaños amorosos. Tras un prólogo en el que ambos comparten largos encuentros nocturnos en los que ella degusta una tarta de arándanos que él le prepara, la heroína parte de viaje por los Estados Unidos y termina trabajando como moza de día y de noche para ahorrar el dinero suficiente que le permita comprar un auto, mientras él permanece regenteando un bar-restaurante bastante decadente.
En sus nuevos destinos, Elizabeth conocerá personajes tanto o más torturados que ella (un policía suicida interpretado por Strathairn, una jugadora empedernida encarnada por Portman, una mujer en busca de su independencia a cargo de Weisz), pero seguirá atada a los recuerdos de aquellos encuentros iniciales con Jeremy.
El film -tal como reconoció el propio director- es una extensión de su corto de 6 minutos In the Mood for Love 2001, pero el aporte del veterano escritor Lawrence Block (del que WKW es admirador confeso) lo convirtió en una suerte de viaje iniciático y confesional en la línea de París-Texas, incursión de otro extranjero (el alemán Wim Wenders) en la mitología norteamericana y que también había contado con música original de Ry Cooder.
La película resulta, como no podía ser de otra manera, una obra maestra en términos estrictamente visuales (el director trabajó por primera vez con el excepcional fotógrafo Darius Khondji), pero por momentos el habitual manierismo estilístico de WKW cae en el mero regodeo, en el artificio puro, en cierta frialdad que recién en su última parte el film alcanza a remontar con una mayor intensidad dramática y emocional.
El cine de WKW, siempre bellísimo, admirable y disfrutable, está en crisis porque tiende a repetirse, casi a parodiarse. El genio de WKW (porque estamos ante un artista con rasgos geniales) debe ser capaz de rejuvenecerse, reinventarse, volver a nacer. No es tarea fácil, es cierto, pero si uno no lo exige proezas a los grandes cineastas... qué quedará para los mediocres de siempre.
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Wonka ya no es Willy..una pena,,Malena,,
Manuel, coincido con vos. Una muy buena película. Gran experiencia. Gracias Wong por ser como sos (un Autor con mayúscula).<br /> Mis saludos!
¡¡ Qué hermosa película !! Penetra por los sentidos:<br /> Una banda de sonido que hasta nos regala el tema de "Con ánimo de amar" remixado; un estallido de colores, con un rojo -color de la pasión- siempre omnipresente. El Cinemascope utilizado -por fin!- en forma funcional y expresiva, donde los vacíos son tan importantes como la imagen que se muestra furtivamente. Una historia sensible, donde cada personaje encuentra su propia manera de cicatrizar las heridas que suele dejar el amor. Y muy bien narrada, con economía de escenas, sin diálogos innecesarios ni explicaciones obvias. Excelentes Straitharn, Weitz y Portman. Bellísimo Jude Law y sin desentonar la Jones, quien además canta maravillosamente. Y tres virtudes adicionales: no hay escenas de sexo ni desnudos, no tiene efectos especiales y sólo dura una hora y media.
Soy admiradora del cine de WKW pero lamentablemente, como le sucede a la mayoría, caer en Hollywood no debe ser tarea facil para los talentosos foráneos.<br /> Si bien creo que el casting es excelente, lo que hace agua aquí es la historia central, lo vertebral de la película no es tan interesante como podría. Entonces quienes la van acompañando tienen mas fuerza que la protagonista. Si bien Norah Jones creo que sale airosa, le falta algo de chispa o carisma al lado de la experiencia de las otras dos actrices. Eso sí, si algo no falta aquí es belleza y sensualidad en todo su esplendor, tanto en las imágenes como en sus protagonistas. Algo natural de su cine.
Si bien no llega a las alturas de CON EL ANIMO DE AMAR (no esta Maggie Cheung), no deja de ser una peli disfrutable con excelentes N. Portman, J. Law, R. Weisz y D. Strathairn. N. Jones me gusta mas como cantante que como actriz. La fotografia de Konji y la musica de Ry Cooder son soberbias.<br /> Saludos.
A pesar de ser un profundo admirador de Won Kar, esta película me pareció (por lejos) lo más flojo de su carrera. <br /> Quizá filmar en inglés no sea lo mismo que hacerlo en su idioma natal, lo que hizo que se pierdan las sutilezas y las profundidades a los que won nos tiene acostumbrados. Definitivamente Norah Jones es fresca, sí, pero está lejos de transmitir la agonía, la angustia, la soledad, el dolor, como lo hizo Maggie Cheung en Con Animo de Amar. Quizá lo mejor que WKW sepa retratar sean las miradas y los gestos mínimos, los personajes que sienten un dolor tan profundo que no pueden expresarlo más allá de un llanto contenido. Quizá en ese laconismo oriental sea donde más lirismo puede entregar abundando en detalles magníficos. En El sabor de la noche, los diálogos son superficiales e improbables y los personajes no alcanzan el espesor necesario para mostrar una historia creíble. Por otra parte, la banda de sonido, cursi y empalagosa (hasta se dio el gusto de destrozar la bellísima Yumeji´s Theme leit motiv de Con Animo de Amar, torciendo la melodía hacia una atmósfera blusera) me hizo recordar a Leaving Las Vegas, esa banda sonora con película que nos mostraba un nicholas cage al borde del ridículo a principios de los 90. El Sabor de la Noche atrasa 15 años y demasiados tiene tics del peor cine americano de los últimos años.
amo a wong kar wai pero esta peli me pareció una chotada. La primer parte es aburrida, absurda, infantil (en el peor sentido) y dislexica. Por momentos la señorita Jones (la actriz no el personaje) se convierte en una pelotuda, realmente una pelotuda. Los actores secundarios y las secuencias más violentas me parecen lo más interesante.
Hace tiempo que Kar Wai está comprometido con la forma; y viene narrando lo mismo (en lo que a contenido/tema se refiere) desde su ópera prima, As Tears Go By. <br /> La verdad es que si hablamos de clichés, debemos admitir, al menos, que no estamos haciendo referencia a clichés de género; sino más bien a clichés autorales (dignos de esa "cierta manera" al narrar -manierismo, de acuerdo-). <br /> No sé, me cuesta creer que no hay "nada" en sus películas, ya que observo muchos estados de ánimo captados por la cámara de manera impecable por ejemplo. <br /> En fin, la desgracia de "ser autor hoy"...<br /> Mis saludos!
Creo que ya en esta pelicula me hartó wong kar wai, no creo que sea cuestión de cambiar sino de recordar que fue lo que lo hizo grande antes. Ahora es puro manierismo, escenas cliche rodadas con estilo. La charla entre jude law y norah jones está rodada atrás de carteles, con cosas fuera de foco adelante, y creo que solo trata de ocultar que se trata de una escena muy mediocre, digna de Pol-ka, si tomamos en cuenta lo que esta pasando. El director está comprometido con la forma pero su contenido esta vacío, no hay nada.
Si Wong es un autor con todas las letras... ¿vale la pena pedirle que cambie? Lo que hace es excelente, repleto de lirismo y con una mirada única y claramente distinguible. <br /> Veremos qué ocurre con este último film, ya que no está Doyle junto a él (Khondji trabajó en la fotografía de Funny Games, Alien Resurrection y La Playa, entre otras). Además, salir de Hong Kong no es fácil; y sino recuerden lo que sucedió con Woo (hizo films insoportables, siendo Face Off el triunfo de la desmesura y el aburrimiento; y una oda al cancherismo de dos stars Hollywoodenses en pleno apogeo).<br /> Vuelvo: creo que los seguidores de Wong Kar Wai ya saben lo que van a ver, lo que van a encontrar. <br /> ¿Vale la pena, entonces, exigirle que se "reivente" o "vuelva a nacer" y entierre, así, toda la belleza que supo crear hasta ahora? De cambiar no sería él; y esa coherencia formal y temática del conjunto de obras que supo realizar quedaría relegada a un tiempo que ya fue. La melancolía devendría nostalgia. Veremos.<br /> Como vos decís Diego: el señor es un gran cineasta y lo que hace lo hace muy bien. Total, directores mediocres hay de sobra.<br /> Mis saludos!<br /> EV