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Crítica de “Sinfonía para Ana”, de Ernesto Ardito y Virna Molina
Emotiva reconstrucción de los tiempos de militancia juvenil en el Colegio Nacional de Buenos Aires durante los convulsionados años 70.
Sinfonía para Ana (Argentina/2017). Guión, edición, arte y dirección: Ernesto Ardito y Virna Molina. Elenco: Isadora Ardito, Rocío Palacín, Rafael Federman, Ricky Arraga, Rodrigo Noya, Vera Fogwill, Javier Urondo, Manuel Vicente, Juan Luppi, Federico Marrale, Mora Recalde y Sergio Boris. Fotografía: Fernando Molina. Sonido: Gaspar Scheuer. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 120 mintuos. Apta para mayores de 13 años.
Basada en la novela homónima de Gaby Meik (a su vez inspirada en hechos reales), esta incursión en la ficción de Ernesto Ardito y Virna Molina (Raymundo, Corazón de fábrica) es un conmovedor retrato de una época de idealismo luego derrumbada por el accionar de la Triple A y el posterior golpe militar.
Ambientada en el marco del Colegio Nacional de Buenos Aires a partir de 1974, la película tiene como protagonistas a Ana (Isadora Ardito) y a Isa (Rocío Palacín), dos íntimas amigas y militantes de la UES en tiempos del regreso de Perón.
El film logra transmitir ese espíritu de época setentista, las internas entre los militantes peronistas y los de izquierda, el despertar sexual,y el avance de la derecha con el progresivo desplazamiento de profesores y rectores que venían de la época camporista (como Raúl Aragón en el CNBA) y una situación cada vez más represiva. Las asambleas, las tomas, las intervenciones policiales y los enredos sentimentales también forman parte de una película que tiene algunos pasajes en los que la música ampulosa, las situaciones forzadas y ciertos diálogos que no suenan demasiado naturales conspiran contra su eficacia dramática. También el permanente uso de la voz en off, las cartas, las grabaciones y las imágenes en Súper 8 subrayan por momentos más de lo debido el tono melancólico de las dos horas de relato.
De todas maneras, hay en Sinfonía para Ana -película inevitablemente destinada al debate ideológico en estos tiempos de “grieta”- varios aspectos para destacar: la reconstrucción de una época llena de complejidades, la multiplicidad de recursos narrativos (incluidos materiales de archivo), el intento por presentar las contradicciones políticas (en tiempos de mucha paranoia) desde una perspectiva íntima y humana y varias interpretaciones destacadas de jóvenes actores sin demasiada experiencia que deben transmitir una mezcla de inocencia, valentía y terror ante la violencia reinante. Así, aunque por momentos con más corazón que sutileza, Sinfonía para Ana surge como una propuesta valiosa.
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NADIE leyó el libro y por eso les parece una buena película. La obra de Gaby Meik es PRECIOSA y representa a la perfección la fuerza y sobre todo la felicidad y euforia con la que se vivía la militancia y lo duro que era ir perdiendo esa felicidad conforme se oscurecía la Argentina (tan literal es la palabra "oscurecerse" que el propio libro está dividido en "el día" "la tarde" y "la noche"), todo esto visto a través de la vida adolescente de Ana, personaje para la que Isadora Ardito es claramente una PÉSIMA elección. Ana es, en el libro, una chica extrovertida, luminosa, eufórica y dotada de la más natural locura y, si se quiere, estupidez adolescente. En la película NINGUNA escena transmite aquella personalidad no sólo característica sino CLAVE para el desarrollo del libro y la exposición de la vida adolescente de por entonces. LEAN EL LIBRO DE GABY MEIK.
Ojalá el cine argentino pueda alguna vez madurar, crecer. Esta película es cabal ejemplo de lo atrasado que estamos en materia de cine. Estamos en pañales. Obra con un argumento pobrisimo, aburrido carente de diálogos, escenas kilométricas, aburridas. Bueno obra para ver cuándo uno sufre de insomnio.
un bodrio, planos malísimos y mejor la dejo ahí
Toda la película es un poema a la adolescencia, a los ideales, al compromiso, al amor, a la lucha por el bien comun, enmarcado en uno de los peores momentos de nuestra historia. La narrativa, los personajes, la música son componentes esenciales de este poema. Muy conmovedora, bella y realista. Un homenaje a lxs chicxs que pusieron el cuerpo por sus ideas.
La película es verdaderamente hermosa, una historia de amor adolescente, cristalino y simple, en el contexto de crueldad, muerte y locura de la Argentina de los setenta. Nos habla de sentimientos, de pasiones jóvenes, de lo humano, por ello no me resulta sorprendente que le resulte incomprensible a Massera que hace honor a su apellido de genocida.
Lo que más me gusto de la película es como muestran a chicos de 14-15 años entrando Al secundario que es como entrar al mundo social. Yo también entre al Pellegrini en 1974. Sentí que la película hablaba sobre recuerdos que creí solo míos. Ahí convivimos con todo y con todo tipo de problemas, con contradicciones, con mezquindades, con terrores. En mi colegio, la placa que recuerda los nombres de las victimas, es espejada, para que los pibes de hoy se vean como ellos. La película no muestra a grandes héroes, muestran pibes como los que hoy vemos, comprometidos con sus ideales. Eso es lo que más rescato. Porque ayuda a comprender el hoy ( como la protagonista dice sobre para qué sirve la historia). Pese a que no me gustan las películas relatadas, pese a que el lenguaje de hoy es diferente y puede sonar a "frase armada", se hablaba así en ese momento!!, y eso también resulta muy elogiable: la reconstrucción de la época. Creo que se debe a esa base documentalista de los directores. VERLA PRONTO PORQUE LA SACAN SI NO SUPERA N*!!!
Me gustó la película .Es impresionante .Tiene la fuerza de mostrar la dureza de una época desde la mirada adolescente . No hace en ningún momento reivindicación alguna de "accionar criminal terrorista" como describe otro espectador de sonado apellido golpista-militar . Esperemos que represente un éxito de taquilla esta película. Lejos de avalar la violencia , este film nos hace reflexionar sobre momentos dolorosos de nuestra historia, que no deben ser olvidados. Está basada en hechos reales .Recuerdan vidas valiosas que se han perdido. Vidas que hubiesen tenido su desarrollo normal , de no ser por ese fundamentalismo absurdo, que se motorizó desde el exterior de nuestra patria. Conocer el pasado nos ayuda a evitar recorrer caminos penosos y representa la garantía de un sano crecimiento de la nación . Felicitación y buenos augurios para estos jóvenes realizadores. Nuestro país necesita gente que nos haga reflexionar con talento y creatividad.
Rotundo fracaso en la taquilla para esta película que reivindica el accionar criminal de la organización terrorista Montoneros.
Con una trayectoria de más de 15 años en documentales, Ernesto Ardito y Virna Molina incursionan en la ficción en una película cuya protagonista es Isadora Ardito, hija de ambos. Se cuentan varias historias en esta película a lo largo de dos horas que atrapan al espectador. Está la amistad entre Ana e Isa, dos estudiantes del Colegio Nacional Buenos Aires que ingresan en 1974 y tras ir a Plaza de Mayo a escuchar lo que fue el último discurso de Perón toman la decisión de participar en política ingresando a la Unión de Estudiantes Secundarios. Está la historia de amor e iniciación sexual de Ana y Lito que está en otra agrupación política. Está también las discusiones de esa época y los conflictos entre los adolescentes y sus padres. Y está la historia muy bien recreada con imágenes de archivo, en un clima que se vuelve cada vez más negro con los asesinatos de la triple A y luego la llegada de la dictadura. La película está muy bien filmada, es impecable en sus rubros técnicos y cuenta, en mi modesta opinión con tres actuaciones realmente excelentes como las de Isadora Ardito (Ana), el joven Rafael Federman (Lito) quien ya había mostrado sus credenciales en LA LARGA NOCHE DE FRANCISCO SANCTIS y el ya consagrado Rodrigo Noya, con sus inconfundibles anteojos, como uno de los dirigentes secundarios que arriesga su vida por sus ideales. No todas fueron rosas en la militancia de la época, también hay lugar para mostrar la intolerancia y las miserias de la política pero, por sobre todas las cosas se hace hincapié en el compromiso y la solidaridad de una generación que, educada en una época de dictaduras cívico-militares que pisoteaban derechos y asesinaban opositores, buscó encontrar respuestas en la política y en la lucha armada acertando y equivocándose aunque en ese camino perdieran la vida. Salí de ver la película particularmente golpeado al haber estudiado en el Carlos Pellegrini entre 1971 y 1975 y sufrir por la desaparición de tres compañeros de curso. No hay dudas que SINFONÍA PARA ANA es una película para no dejar de ver (8/10)
Pero a mi me conmovió mucho y también me produjo una gran tristeza. No se si verla en esta semana sensibiliza un poco más en la apreciación, pero seguir esa energía juvenenil de pureza dilapidada sobre ese momento socio-político tan complejo y dramaticamente frustrante, es una experiencia sobrecogedora, y más allá de algunas debilidades que se merece , por una vez, sean obviadas. Es que era fija que este matrimonio cinematográfico, aunque fuera su primer trabajo de ficción, iba a tener todos los chequeos de veracidad requeridos en función de su trayectoria prestigiosa, desde hace más de 10 años, en documentales y series sobre personajes y temas sociales, políticosy literarios -Raymudo Gleyzer, Pizarnik, Urondo y otros, de reconocida calidad. El relato expresivamente tiene belleza y ciertamente, una gran melancolía -subrayada por una música al parecer de sus realizadores,- que a espectadores como yo terminan de convencer. Hay una gran fotografía de gran plasticidad y una cámara pródiga en primeros planos de esos muchachos -muy bien elegidos- que expresan con un vocabulario que hoy podrían parecer armados o impostados, pero que en esa época eran dichos de esa manera - la discusión política tenía ese nivel a diferencia de la banalidad que se escucha en estos tiempos- Por eso me parece que estaría bueno que especialmente los menores de 40 años, no dejen de ver esta película, porque tendrán la posibilidad de conocer como eran esas reglas de la militancia juvenil, en sus distintos grados, que eran muy dificiles de sortear por el clima de la época y que tuvieron tan trágicos y decepcionantes desenlaces: las historias sentimentales particulares se encontraban fusionadas con esos anhelos activos de esperanzados cambios. El otro valor consiguiente de esta obra es el material para el análisis y debate, que en la realidad que estamos viviendo no deja de ser pertinente o necesario, por no decir imprescindible.