Especial cine latinoamericano: críticas de “La búsqueda de Martina”, “Nuestra parte del mundo” y “Una casa con dos perros”

Reseñas de la producción brasileña ganadora de Festival de Mar del Plata 2024 y de dos novedades argentinas que pasaron por el BAFICI 2025.

La búsqueda de Martina (Brasil, Argentina/2025). Dirección: Márcia Faria. Guion: Gabriela Amaral Almeida y Márcia Faria. Elenco: Mercedes Morán, Adriana Aizenberg, Carla Ribas, Luciana Paes, Cristina Banegas, Stella Rabello, Julia Bernat y Fernando Eiras. Edición: Eva Randolph. Fotografía: Léo Bittencourt. Dirección de arte: Diogo Costa, Alice Carvalho. Música: Manuel Scavone, Nicolás Rodríguez Mieres y Diego Rodríguez Mieres. Distribuidora: Apima. Duración: 88 minutos. Apta para mayores de 13 años. Salas: 7 (Atlas Caballito, Cinépolis Recoleta, Multiplex Belgrano, Lorca, Cinépolis Avellaneda, Cinema Paradiso de La Plata y Cinemacenter de San Juan).

En el Festival de Mar del Plata de 2023 se estrenó la producción de Netflix Elena sabe, en la que Mercedes Morán interpretaba a una mujer enferma de Parkinson que investigaba la muerte de su hija. La actriz volvió al festival costero al año siguiente para presentar la producción brasileña La búsqueda de Martina, en la que también se puso en la piel de una mujer aquejada por una enfermedad sin cura que busca cerrar una herida personal persiguiendo la verdad.

Morán se llama Martina y es una abuela argentina que lleva casi cuatro décadas buscando a su nieto, nacido en cautiverio durante la dictadura cívico-militar. Su búsqueda incansable mutará por otra urgente cuando reciba un diagnóstico de Alzheimer que amenaza con borrar sus recuerdos justo cuando aparece una nueva pista que señala que su nieto podría estar vivo en Brasil.

Y hacia allí irá esta mujer que alterna entre momentos en los que exhibe la fragilidad de su flamante condición y otros con la fortaleza de quien ha dedicado buena parte de su vida a buscar justicia. De allí, entonces, que el viaje –al que luego se sumarán un par de compañeras a cargo de Adriana Aizemberg y Cristina Banegas, preocupadas porque esté sola en otro país– adquiera la tonalidad de un viaje contra su propio olvido, un intento de menguar el desasosiego ante un provenir que se presenta difuminado. Igual que pronto ocurrirá.

El debut en el largometraje de la brasileña Márcia Faria, cuya trayectoria incluye colaboraciones con grandes como Héctor Babenco y Walter Salles, recorre caminos conocidos mezclando algunos pasos de las “comedias geriátricas”, con sus varios e inevitables chistes sobre los achaques de la edad, con otros más propio del drama y la incertidumbre que atraviesa a su protagonista, a la que Morán aporta su habitual talento. Lo hace evitando caer en el abismo del golpe bajo yi en la explotación lacrimógena de su premisa. Una película si se quiere pequeña, pero hecha con el humanismo como norte. EZEQUIEL BOETTI




Nuestra parte del mundo (Argentina, Uruguay/2025). Dirección: Juan Schnitman. Elenco: Juan Francisco Barberini, Margarita Molfino y José Barberini. Guion: Agustina Liendo y Juan Schnitman. Fotografía: Julián Apezteguia. Sonido: Federico Moreira. Dirección de arte: Julieta Dolinsky. Edición: Andrés Pepe Estrada y Guillermo Madeiro. Música: Maximiliano Silveira. Distribuidora: Apima y Cinetren. Duración: 88 minutos. Salas: Gaumont, a las 21.30, y otros Espacios INCAA.

El codirector de El amor (primera parte) y realizador de Sangre filmó una suerte de continuación (la gacetilla habla de spinoff) de El incendio, la película que estrenó en 2015 también con Agustina Liendo como coguionista. Ya no está Pilar Gamboa, pero Juan Francisco Barberini vuelve como protagonista en el papel de Marcelo.

Nuestra parte del mundo es otro ensayo sobre la crisis, el proceso de disolución y despedida de una pareja. Marcelo y Lucía (Margarita Molfino) se acercan a los 40, están en el ámbito académico, tienen un hijo de cuatro años, Gaspar, que evidentemente presenta ciertas dificultades de aprendizaje, expresión y comunicación. La crianza ha sido dura, la situación económica es difícil y ellos han llegado a un acuerdo para separarse en buenos términos.

Este film de cámara, concentrado en esos dos personajes durante unas pocas horas en un departamento (por momentos parece una obra de teatro filmada), narra la previa a un viaje (el último juntos) rumbo a las sierras de Córdoba para pasar las fiestas de fin de año con la familia de él. A Gaspar recién lo veremos sobre el final pero su presencia se percibe siempre en el fuera de campo y el único personaje secundario que aparecerá brevemente es el hermano de Marcelo (José Barberini), que se prepara para quedarse unos días en esa casa.

Nuestra parte del mundo es un film íntimo, sensible, honesto y confesional, una película de duelo y despedida, un ensayo sobre la culpa por lo que fue (y ya no es), sobre las fantasías, deseos e incertidumbres ante esa nueva etapa de la vida que se les abre. Hay en Marcelo y Lucía una sensación contradictoria: la de una etapa cumplida y la de una ternura, un cariño y algo de amor que todavía persisten. Modesta en su producción pero cuidada y sensible en su concreción, Nuestra parte del mundo resulta una fructífera colaboración entre un director y dos intérpretes que sintonizan con el tono y las necesidades de esta propuesta. DIEGO BATLLE




Una casa con dos perros (Argentina/2025). Guion y dirección: Matías Ferreyra. Elenco: Simón Boquite Bernal, Florencia Coll, Magdalena Combes Tillard y Maximiliano Gallo. Fotografía: Nadir Medina. Edición: Julieta Seco y Sebastián Schjaer. Dirección de arte: Julia Pesce. Sonido: Atilio Sánchez. Música: Joaquín Sanchez. Producción: Inés Barrionuevo, Martín Paolorossi, Andrea Vitali, Sofía Castells. Duración: 98 minutos. Salas: Cine Gaumont, a las 12, 15.45 y 19.30; Cine América de Santa Fe, Cine El Cairo de Rosario, Espacio INCAA Barrio Alegre de Trenque Lauquen, Espacio INCAA Nuevo Cine Italia de Formosa y Espacio INCAA Cine Municipal de la Cultura Orán de Salta.

Cargada de nostalgia y melancolía, la ópera prima de Ferreyra retoma varios elementos y conflictos abordados de forma recurrente por el cine argentino en general y el cordobés en particular: la dinámica familiar en tiempos de crisis, la ocupación de espacios en grandes y degradadas casonas, así como las contradicciones y desconexiones entre el universo adulto y el infantil.

Estamos en pleno 2001 y, por lo tanto, se adivina en el afuera el caótico contexto reinante. Nora (Florencia Coll) y Héctor (Maximiliano Gallo), un matrimonio con tres hijos pequeños, se ve obligado a mudarse a la casa de la abuela Tati (Magdalena Combes Tillard) y, mientras los adultos (hay otros personajes deambulando por el lugar como el tío Raúl que interpreta Ariel Martínez) afrontan sus propios problemas, la cámara se posa en el pequeño Manuel (Simón Boquite Bernal) con sus angustias, sus ansias de exploración y sus secretos.

En sus mejores momentos, Una casa con dos perros apela a la sutileza y a la delicadeza para exponer el mundo íntimo de un niño que observa la desintegración familiar y busca algún tipo de refugio con la complicidad de su abuela. En otros, hay bastante de déjà vu, aunque el film jamás pierde su estilo, sensibilidad y su encanto. DIEGO BATLLE