Cine en Casa
Crítica de “The Cloverfield Paradox”, de Julius Onah, película original de Netflix
Lanzada de manera sorpresiva en el marco del Super Bowl (final de fútbol americano que tiene récords de audiencia), la tercera entrega de esta saga de ciencia ficción es, por lejos, la peor de las trilogía. Otro llamado de atención para el gigante del streaming.
Tras los pobres resultados conseguidos con una superproducción como Bright, Netflix lanzó sin anuncio previo otra de sus grandes apuestas. La película de Paramount y Bad Robot (la empresa de J.J. Abrams) no pasó por los cines y se convirtió en el nuevo film original de los reyes del SVOD. El problema es que -más allá de la brillante jugada de marketing durante el Super Bowl- la película es una absoluta decepción. Por ahora, más allá de los logros de Los Meyerowitz y Okja, los creativos de Netflix demuestran más ingenio que los responsables de la programación cinematográfica.
Recordemos que la saga arrancó en 2008 con Cloverfield, que tuvo guión de Drew Goddard y dirección de Matt Reeves, y continuó en 2016 con la notable Avenida Cloverfield 10, filmada por Dan Trachtenberg. Ambas fueron producciones baratas para los cánones de Hollywood (entre 15 y 25 millones de dólares) y recaudaron unos 80 millones de dólares cada una sólo en salas.
Sin embargo, para The Cloverfield Paradox se rompieron todos esos parámetros: se contrató como guionista y director a Julius Onah (cuyo único y no muy favorable antecedente era The Girl Is in Trouble), se duplicó el presupuesto (más de 40 millones de dólares) y se decidió lanzarla directamente en Netflix.
Tras un prólogo en la Tierra (el planeta vive una terminal crisis energética y está al borde de una nueva guerra mundial), la historia se traslada a una nave espacial con -no podía ser de otra manera- una tripulación multinacional y multiétnica: dos intérpretes negros (Gugu Mbatha-Raw y David Oyelowo), una china que habla siempre en mandarín y ¡a la que nadie le contesta! (Zhang Ziyi), un latino (John Ortiz) y un puñado de europeos (el alemán Daniel Brühl, la francesa Elizabeth Debicki, el noruego Aksel Hennie y el irlandés Chris O'Dowd, al que le toca en suerte ser el “comic relief” del relato).
La premisa es bastante absurda y caprichosa (en los primeros minutos la Tierra desaparece por completo), el reciclaje es bastante obvio y burdo (hay mucho de Alien y el trabajo sobre diferentes dimensiones tampoco resulta demasiado sutil) y la batalla principal parece ser la de los actores (que ponen al servicio un encomiable profesionalismo) contra las limitaciones evidentes de un guión hecho con el manual del género y apoyado en un generoso despliegue de efectos visuales. Una banda sonora omnipresente y rimbombante intenta tapar baches y generar algo más de tensión a esta narración de vuelo rasante de Onah en pleno espacio exterior. La paradoja de Cloverfield.
COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



CINE EN CASA ANTERIORES
Desde el 28 de agosto, MUBI suma a su oferta cuatro títulos de la talentosa directora chilena: De jueves a domingo, Mar, Tarde para morir joven y el corto Correspondencia, codirigido con Carla Simón.
La llegada a Netflix de Museo (2018), que se suma a las ya disponibles en esa plataforma de streaming Güeros (2014) y Una película de policías (2021) nos invita a concretar este compendio de reseñas, que incluye también la de su más reciente film, La Cocina (2024), estrenado en el último Festival de Berlín.
Horas después de que se anunciara que el más reciente largometraje del director chino, Caught by the Tides, participará en la Competencia Oficial de Cannes 2024, MUBI suma a su catálogo dos notables films de Jia Zhang-ke que pasaron por el festival francés en sus ediciones de 2008 y 2010.
La reciente llegada a Netflix de Los descendientes (ya estaba disponible desde antes en Star+) y el inminente estreno en salas de la notable Los que se quedan (The Holdovers) nos llevan a repasar algunos de los títulos de la filmografía del director estadounidense disponibles en plataformas de streaming y para el aquiler online.
Totalmente de acuerdo, una mierda de película
La abandoné a la mitad. Hay tanto cine para ver que mejor no perder tiempo en humos.
Mbatha Raw y Oyelowo son ingleses, así que "afrobritanicos" seria la expresión correcta, igual nadie se enojaría si solo les dijeras negros.