Críticas
Estreno en cines
Crítica de “Elio”, película animada de Pixar y Disney
Las aventuras espaciales de un niño huérfano se ubican entre lo menos relevante de la rica historia de la factoría Pixar.
Elio (Estados Unidos/2025). Dirección: Madeline Sharafian, Domee Shi y Adrian Molina. Guion: Julia Cho, Mark Hammer y Mike Jones, basado en una historia de Adrian Molina, Madeline Sharafian, Domee Shi y Julia Cho. Edición: Anna Wolitzky y Steve Bloom. Música: Rob Simonsen. Voces (versión original subtitulada): Yonas Kibreab, Zoe Saldaña, Remy Edgerly, Brad Garrett, Jameela Jamil y Shirley Henderson. Distribuidora: Disney (Pixar). Duración: 98 minutos. Apta para todo público.
Los tres directores de Elio llegaban con valiosos antecedentes dentro del universo de Pixar: Adrian Molina con Coco, Domee Shi con Red y Madeline Sharafian con el cortometraje Burrow. Sin embargo, la película resulta un paso atrás no solo para ellos sino para el estudio en general, ya que -más allá de ciertas irrupciones cómicas que funcionan bien y de la ya habitual categoría de la animación- se trata de una historia no demasiado inspirada y por momentos incluso algo elemental en comparación con esa excelencia que en muchos casos impusieron los propios artistas de Pixar.
Elio Solís (la voz de Yonas Kibreab en la versión original) es un chico de 11 años que ha perdido hace poco a sus padres y ha quedado al cuidado de su tía Olga (Zoe Saldaña), una militar que trabaja en el programa espacial del gobierno pero ha dejado de lado su sueño de ser astronauta para criarlo. Sin embargo, el protagonista luce totalmente desconectado del ámbito familiar, escolar y social para obsesionarse con... ser abducido por alienígenas.
Y su deseo se terminará cumpliendo cuando termine en un planeta dominado por el (no tan) despótico Lord Grigon (Brad Garrett), quien pone en riesgo el “Comuniverso”, y donde entablará una entrañable relación con su hijo Glordon (Remy Edgerly). Mientras tanto, un clon de Elio seguirá en la Tierra ocupando su lugar. El problema es que esas largas aventuras (desventuras) intergalácticas ocupan una porción sustancial de la hora y media de relato y no son particularmente entretenidas (tampoco aburren, pero todo parece manejado a distancia, siguiendo un manual, con piloto automático).
El film tiene citas a la saga de Star Wars e intenta sintonizar con el espíritu spielbergiano de Encuentros cercanos del tercer tipo y E.T.: El extraterrestre, pero sus aciertos son parciales, espasmódicos y, así, la película nunca alcanza (ni se acerca a) esas cimas que Pixar nos supo regalar. Uno siempre prefiere una historia original como la de Elio a una nueva secuela de un éxito previo, pero en este caso la sensación final es un poco decepcionante.
PD: Los periodistas que fuimos a la primera de las dos proyecciones de prensa organizadas en el Cinemark Palermo la vimos subtitulada y en 3D. No creo haya demasiadas opciones de ver la versión original (quizás en alguna función nocturna), pero siempre lo recomiendo. En cuanto al 3D, sinceramente no soy muy fan de esta alternativa y en este caso no agrega demasiado. Por último, hay una pequeña escena post-créditos pero tampoco es particularmente relevante.
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