Columnistas

Crítica de “Black Mirror” - Temporada 4 (Netflix)

Aunque más floja que las tres entregas anteriores, la creación de Charlie Brooker no es el desatino que tantos cuestionaron.

Publicada el 06/01/2018

Black Mirror posee todos los elementos de una serie de culto y, como tal, tiene tantos fans como detractores. Concebida en 2011 para el Channel 4 británico (allí se dio también la segunda entrega en 2013), fue adquirida luego por Netflix, que estrenó la tercera antología en octubre de 2016, mientras que el 29 de diciembre último lanzó esta cuarta temporada de 6 episodios que mantienen la tónica de ser independientes y autoconclusivos, con un mismo guionista (el propio Brooker), pero directores y elencos diferentes.

Cabe indicar que la T4 de Black Mirror mantiene la solvencia y el profesionalismo en todos los niveles (narrativo, visual, actoral), pero también que varios de los temas se repiten de forma cada vez más literal y subrayada, más sádica y manipuladora, con más ingenio que creatividad y sorpresa. La distopía, los abusos de la tecnología (como la idea de implantes al o desde el cerebro humano y un sistema de control y vigilancia todopoderoso), la creciente paranoia o los usos de la realidad virtual son cuestiones recurrentes que esta suerte de Twilight Zone / La dimensión desconocida del nuevo milenio aborda una y otra vez con mayor o menor (últimamente menor) suerte.

A continuación un breve repaso de las 6 propuestas de esta cuarta entrega:


Episodio 1: USS Callister
Duración: 76 minutos
Director: Toby Haynes

El consenso mayoritario es que el primero es por lejos el mejor de esta cuarta temporada, pero para mi gusto Haynes (responsable de algunos capítulos de series como Doctor Who, Sherlock y Wallander) desaprovecha bastante el juego pendular entre lo vintage (un homenaje explícito a la vieja Star Trek) y lo futurista (la posibilidad de un programador estrella interpretado por Jesse Plemons de ser parte y manipular el desarrollo del videojuego de simulación que él mismo ha creado incluso con el uso de ADN humano). La idea del tipo aparentemente inocente y humillado en la realidad (laboral) que se desquita en la realidad (virtual) no es esta vez todo lo inquietante que podría haber sido.



Episodio 2: Arkangel
Duración: 52 minutos
Directora: Jodie Foster

Jodie Foster no es nueva en el universo de las series (ya había trabajado para Netflix en Orange is the New Black y House of Cards, por ejemplo) y aquí construye un tenso y provocativo capítulo basada en una buena premisa. Tras perder circunstancialmente a su pequeña hija en una plaza, Marie (Rosemarie DeWitt) acepta la propuesta de la compañía Arkangel de utilizar una tecnología en fase inicial de experimentación que consiste en instalar un chip en la joven para luego monitorear su ubicación y sus experiencias a través de una tablet. Al principio todo marcha bien, pero luego la ya adolescente hija será vigilada 24/7 cuando quiera tener sexo o probar con una droga para preocupación (y algo de fascinación) de su madre. Aunque algo previsible en su alegoría y moraleja, la historia funciona con solvencia.



Episodio 3: Crocodile
Duración: 59 minutos
Director: John Hillcoat

El australiano Hillcoat (The Proposition/Propuesta de muerte, La carretera, Los ilegales, Triple 9) dirigió un episodio oscuro, intrincado, pesimista y excesivamente sádico y manipulador sobre una joven (la gran Andrea Riseborough) que, en la escena inicial, acompaña a su novio alcoholizado que termina arrollando a un ciclista. El la convence de deshacerse del cadáver y la historia salta varios años después. Ellos ya no están juntos, Mia se ha convertido en una famosa arquitecta y ha formado una familia, pero una serie de investigaciones a cargo de una agente de seguros (Kiran Sonia Sawar) que incluye el uso de un lector de memorias complicará cada vez más las cosas.



Episodio 4: Hang the DJ
Duración: 51 minutos
Director: Timothy Van Patten

Veterano de la TV (filmó episodios de Sex and the City, The Wire, Los Soprano y Game of Thrones), Van Patten rodó uno de los mejores capítulos de esta cuarta parte, a partir de las desventuras de Amy (Georgina Campbell) y Frank (Joe Cole) que participan de un sistema de citas digitadas en todos sus aspectos (desde el lugar hasta la duración) por una corporación que luego va determinando las compatibilidades de cada cliente (aunque por momentos parecen presos) del servicio. Aunque la resolución no es del todo convincente, los múltiples vericuetos, las idas y vueltas, las alegrías y decepciones que van atravesando los protagonistas la convierten en una tragicomedia agridulce y en varios pasajes fascinante.



Episodio 5: Metalhead
Duración: 41 minutos
Director: David Slade

Para muchos este segmento del director de Hard Candy, Eclipse, American Gods y 30 días de noche es el peor de la temporada y, otra vez, disiento con la apreciación de la mayoría. Más corto, menos pretencioso, más clásico, se trata de un sólido ejercicio de género (la típico estructura de gato y ratón) con una narración en blanco y negro de tono post-apocalíptico en la que Bella (Maxine Peak), tras sufrir la muerte de sus compañeros, huye de la obstinada persecución de un perro robot. No hay “mensaje”, solo el deseo de resistir y sobrevivir. Con reminiscencias de Deliverance: La violencia está en nosotros.



Episodio 6: Black Museum
Duración: 69 minutos
Director: Colm McCarthy

Este sí es de lo más pretencioso, obvio y fallido del conjunto. Una muchacha (Letitia Wright) llega al museo del título y el amenazante dueño del lugar (Douglas Hodge) la recibe para mostrarle unos cuantos artefactos de tortura (con elementos tecnológicos, claro) en una historia bastante truculenta (y ridícula) que llega al extremo de una mujer que termina “encerrada” en una osito de peluche. Ver para creer. Decididamente grotesco... y olvidable.

COMENTARIOS

  • 23/01/2018 9:51

    Sobre la serie mucho se puede decir. En lo personal todo sobre lo que habla Black Mirror, es "importante" en el buen sentido de la palabra. No me interesa tanto lo artístico y narrativo de la película como aquello que intenta (eso creo) decir. Lo que la película dice, muestra y denuncia, en cierta forma, es realmente cierto sobre la humanidad y la posmodernidad. No son exageraciones pesimistas. Eso es lo trascendental a mi humilde entender. Después los aspectos artísticos y narrativos de la serie, son discutibles y opinables. En ese sentido, está lejos de ser una obra maestra. Pero la visión que tiene sobre el mundo la convierte en una serie fundamental para esta época. Aunque no sé si las formas de este trabajo permitan atraer públicos dispuestos a asumir la serie como tal.

  • 8/01/2018 18:47

    A mi en general me gustó mucho la cuarta temporada de Black Mirror. Lo que si es cierto es que se han perdido la creatividad y el factor sorpresa de algunos episodios de temporadas anteriores y, al ser la tecnología el elemento predominante en esta serie, pues se ha caído un poco en el facilismo y la ficción tonta de casos como el del espíritu de la muerta metido en el osito que se enciende y se apaga a gusto del viudo. Destacaria USS Callister y Crocodile. Por lo demás, muy buen artículo

  • 7/01/2018 9:52

    Vale, que somos libres para opinar y tal. Pero opinar de una temporada en la que solo has visto 4/6 capitulos me parece un poco absurdo.

  • 6/01/2018 11:40

    Esta última temporada no mantiene la misma calidad de las anteriores, se nota cierto apagón creativo. Coincido que Metalhead es un muy buen capítulo, como la tecnología terminará con el hombre, es el capítulo que más representa a la serie. Buen aprovechamiento del blanco y negro para darle más pesimismo a la historia. Aún no ví Hang The DJ y Black Museum. No me convenció USS Callister. Los demás capítulos no desentonan pero tampoco impactan.

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