Festivales

Todas las críticas de la Competencia Vanguardia y Género

Lo que hasta el año pasado era Cine del Futuro ahora es Vanguardia y Género, nueva sección que integra cortos y largometrajes con las más disímiles propuestas.

Publicada el 30/11/-0001


-Joven y alocada (Chile, 92', 2012), de Marialy Rivas.

Luego de su estreno en el Festival de Sundance del año pasado (donde incluso fue premiada), llega 15 meses después (el BAFICI se la perdió en 2012) esta ópera prima de Rivas. Más vale tarde que nunca. Producida por los todopoderosos hermanos Larraín, se trata de un acercamiento íntimo, vertiginoso, delirante, intenso y moderno (pero también algo canchero y un poco calculado) a la sexualidad adolescente a partir de las experiencias cotidianas de Daniela (la bella Alicia Luz Rodríguez), una chica de casi 18 años que pertenece a una familia de clase media-alta de Santiago, evangelistas y ultra conservadores para más datos. Ella, en cambio, está en plena explosión hormonal, con fantasías y deseos  de experimentar con su cuerpo y no tardará en tener todo tipo de experiencias sexuales con chicos y chicas. Será expulsada del colegio privado, castigada por su madre castradora (símbolo de la impotencia de los adultos) y empleada por un canal de televisión. Pero donde aflora la verdadera Daniela, donde puede dar rienda suelta a su energía, es en su blog y en el chat. Es precisamente en la virtualidad donde ella encuentra la posibilidad de conectarse.

El film utiliza todos los recursos a su alcance: las nuevas tecnologías, la animación, la narración en off (está construido como una suerte de diario personal) y, claro, en una explicitud tanto en imágenes (con largas escenas de sexo) como en el lenguaje (donde se dicen las cosas por su nombre y se apela al decir de los jóvenes chilenos). Esta tragicomedia es por momentos bastante extrema, perturbadora (con algunos picos perversos producto de su bienvenida desinhibición). Rivas busca incomodar y provocar en su mirada sobre la religión, pero también tiene rasgos de sensibilidad e inteligencia a la hora de exponer todo el desenfreno, la frustración, el desamparo y la confusión de una chica en busca de amor. Basada en hechos reales, resulta una más que atendible película del nuevo cine chileno y una elección perfecta para convertirse en film de culto en el ámbito del BAFICI. DIEGO BATLLE



-A Hijacking (Dinamarca, 110', 2012), de Tobias Lindholm.

Esta película que narra el secuestro de un barco danés a manos de unos “piratas” somalíes y las negociaciones para liberarlos es bastante curiosa. Por un lado, está armada como un relato de suspenso hollywoodense, con los conflictos clásicos del formato: el montaje paralelo entre complicadas negociaciones y la supervivencia de los rehenes. Pero, por otro, trata de evitar esos lugares comunes del cine de género para armar un drama psicológico centrado en dos personajes: un cocinero secuestrado en el barco y uno de los empresarios encargado de la negociación.

La propuesta es intensa, intrigante, se ve con interés de principio a fin, pero uno siempre tiene la sensación de que todo podría haber sido más interesante si el director se hubiera decidido por uno de los dos ejes, ya que de esta manera es demasiado deshilachada como película de suspenso y no del todo profunda como drama humano. Lo que sí logra Lindholm es dar una profunda impresión de realismo, llevando al espectador a meterse de lleno en esa situación. Eso, y una cruda sorpresa sobre el final, dejan la impresión que en realidad más que un film de suspenso o un drama psicológico se trata de una fuerte película política. DIEGO LERER



-Arraianos (España, 70', 2012), de Eloy Enciso. 

Esta pequeña (en duración y en dimensiones de producción) película explora el día a día de los habitantes de una región rural / boscosa ubicada entre Galicia y Portugal. Hay en el film de Enciso una bella zona documental sobre el duro trabajo invernal con plantas y animales (con registros que me hicieron acordar a los trabajos de Raymond Depardon y a esa joyita que es Le quattro volte, de Michelangelo Frammartino) y otra más audaz -y para mi gusto un poco menos lograda- en la que los no-actores dicen a cámara unos diálogos basados en la obra teatral del autor gallego Marinhas del Valle. Una experiencia en muchos momentos subyugante, que intuyo debe ganar todavía más en pantalla grande. DIEGO BATLLE



-Carmela, salvata dai filibustieri (Italia, 76', 2012), de Giovanni Maderna y Mauro Santini.

Varios de los personajes conocidos de la serie de libros El corsario negro, de Emilio Salgari, reaparecen transformados en pescadores actuales de la bella, histórica (y un poquitín deteriorada) ciudad de Taranto en esta adaptación muy libre y radical de la novela Yolanda, la hija del corsario negro. Realizada en función del 150º aniversario del nacimiento de Salgari, Maderna y Santini toman la aventura principal de la novela (el rescate de Yolanda, atrapada por el Conde de Medina, por parte de los corsarios Carmaux y Wan Stiller, enviados por el Capitán Morgan) para deformarla casi por completo, ya que lo que vemos son las mínimas aventuras cotidianas de dos marineros de Taranto que, a un modo de “role-playing”, “interpretan” por momentos a dichos corsarios en esa búsqueda de la mujer capturada en una isla.

La mezcla de una trama de aventuras insinuada en cada capítulo del film con una suerte de registro documental de estos dos hombres recorriendo la ciudad y hablando un dialecto incomprensible genera unos ecos curiosos y simpáticos, otorgándole dimensiones novelísticas a la dupla protagónica en un largometraje bellísimo y de formato muy libre (la cámara parece flotar por su propia cuenta) que confundirá a los que esperan algo “salgariano”, pero fascinará a los que celebramos que el cine italiano siga haciendo películas “fuori di norma”. DIEGO LERER




-A última vez que vi Macau (Portugal / Francia, 85', 2012), de João Pedro Rodrigues y João Rui Guerra da Mata.

Luego de la genial Morir como un hombre, Joâo Pedro Rodrigues se instaló durante muchos meses en Macao, una ex colonia portuguesa -la Las Vegas asiática- ahora en manos chinas, para registrar lo que quedó de aquel pasado esplendoroso y los fuertes contrastes entre cierta decadencia del lugar y los rascacielos que hacen de la isla la zona con mayor densidad de población del planeta. Lo que podría haber sido (y también es) un excelente documental se convierte gracias al uso de la voz en off, de una “trama” en la que nunca se ven a los personajes (salvo una mano o una sombra), en un film-noir, una trágica historia de amor. Pájaros, perros y gatos, pero también cantantes travestis en peligro y despiadados mafiosos conviven con imágenes bellísimas (ensoñadoras) y una fuerte impronta cinéfila. Una auténtica rareza que llega -como los barcos a Macao- a buen puerto. DIEGO BATLLE



-Stemple Pass (Estados Unidos, 121' 2012), de James Benning.

Esta nueva película de Benning -que viene a un ritmo creciente de títulos a sus 70 años- consiste en cuatro largos planos de una media hora cada uno que muestran una misma cabaña ubicada en una zona boscosa de los Estados Unidos en las cuatro estaciones del año. Mientras se ven esas imágenes, se escucha la voz del propio Benning leyendo los diarios de Ted Kaczynski, más conocido como el Unabomber, cuya cabaña real esta imagen replica (la cabaña que se ve fue construida por el propio Benning). Con la cámara ubicada prácticamente en el mismo lugar, lo que atrapa son los cambios de luz y la posibilidad que esa contemplación va abriendo respecto al espacio físico. Ese paisaje bucólico mezclado con los terroríficos relatos genera un efecto muy poderoso y permite reflexionar sobre la naturaleza y la violencia ligadas a lo largo de la historia norteamericana. DIEGO LERER



-Leviathan (Estados Unidos / Reino Unido / Francia, 87', 2012), de Lucien Castaing-Taylor y Véréna Paravel.

Los pescadores han sido -desde siempre- un imán para directores de documental y ficción. De hecho, hace poco tiempo, Martín Solá rodó Caja cerrada -vista en el BAFICI y estrenada en el circuito alternativo- también a bordo de un barco pesquero. Lo que hace de Leviathan una experiencia única, sensorial, casi onírica y surrealista, es el dispositivo y la forma que los directores proponen (filmaron con pequeñas cámaras utilizadas para deportes extremos y las ubicaron en los lugares más insólitos). Así, lo que en principio podía ser un retrato observacional sobre la dura experiencia cotidiana de estos fornidos y curtidos trabajadores, se transforma en verdad en un cúmulo de imágenes dignas de la ciencia ficción, de un museo de arte moderno, de un ballet fantasmagórico, algo así como lo que Werner Herzog hizo en su momento con The Wild Blue Yonder. Una experiencia fascinante. DIEGO BATLLE  



-Vers Madrid - The Burning Bright! (Scenes from the Class Struggle and the Revolution) (Francia, 150'2013), de Sylvain George.

La película está dirigida por ese talentoso hombre orquesta llamado Sylvain George. Con su cámara, el francés se adentró en el corazón del 15-M madrileño, un movimiento ciudadano que en 2011 dio voz a “indignados” de todas las edades y sexos. De hecho, el componente intergeneracional es uno de los ejes centrales del film, que se detiene en las asambleas callejeras a observar los locuaces discursos de los viejos anarquistas y las encendidas soflamas de sus jóvenes herederos. La fuerza testimonial de Vers Madrid resulta sobrecogedora: los primeros planos de los improvisados oradores parecen extraídos (en los mejores casos) de un film de Dreyer; las incendiarias estampas de la brutalidad policial remiten al arranque de Los amantes regulares -George maneja el blanco y negro con la maestría de Philippe Garrel, y posee un talento natural para componer emocionantes retablos sobre la marcha, como una suerte de Wang Bing europeo-; y a uno se le pone la piel de gallina al pensar que esta película pudiera quedar como La batalla de Chile del incipiente brote de rebeldía que asoló la capital española: el testimonio de una contienda perdida. En realidad, Vers Madrid invita a la acción y su propia existencia es todo un gesto utópico.

Por desgracia, hay detalles que impiden hablar de Vers Madrid como de una gran película: la crónica de George tiene tantos altos como bajos; y su urgente apego a la realidad parece impedirle volar más alto -aunque los interludios cósmicos y las referencias a Lorca apuntan un camino a seguir-. En su inmenso valor testimonial, el film encuentra sus propios límites. MANU YAÑEZ MURILLO




-Tráiganme la cabeza de la mujer metralleta (Chile, 75', 2013), de Ernesto Díaz.

“Latinxplotation” puro, tal como se llama la compañía productora de este largometraje chileno. Eso es el cuarto film del realizador de Kiltro: un homenaje al cine de explotación de los ’70 por la vía de la relectura “Tarantino/Rodríguez” y la escuela “El Mariachi meets Grand Theft Auto “. Un tímido y medio tontuelo DJ, que vive encerrado en su living jugando videogames, pasa música en una tanguería manejada por un argentino mafioso. Tras escuchar allí una conversación que no debía escuchar (como reza el género, mientras está cagando en el baño), se ve obligado a salir a capturar a la “mujer metralleta” del título, una asesina sexy que anda cargada y matando gente por Santiago y que además es la ex mujer del Che Longana, el argentino dueño del tugurio. Armada como una serie de misiones muy similares a las del GTA -al final ya directamente la película toma la estética del videogame-, el DJ va zafando de obstáculos para luego tener que decidir entre cumplir su misión o salvar a la Mujer Metralleta, de la que se ha enamorado, algo que es fácil entender con solo verla.

Realizada con muy poco presupuesto y mucho ingenio, extremadamente deudora de otras películas (la lista de agradecimientos del director en los créditos finales es un “quién es quién” del cine más duro y violento, de Scorsese a Peckinpah, de Leone a Fulci), Tráiganme… es un bastante pasable film de entretenimiento que gana puntos (siguiendo la metáfora gamer) cuando adapta situaciones más que imitarlas, como por ejemplo en el uso que le da a la bombilla del mate en una escena, o la función de la policía en otra, o cuando los diálogos se vuelven más realistas… Es que homenajes literales ya se han hecho demasiados y lo que tiene para aportar Díaz es su capacidad para “chilenizar” el asunto. DIEGO LERER



-A Story for the Modlins (España, 26', 2012), de Sergio Oksman. 

Found footage, home movie, homenaje cinéfilo, trabajo detectivesco y ejercicio sobre cómo construir una película a partir de algunas pistas y muchas intuiciones (y caprichos). Eso es lo que propone este extraño y por momentos fascinante corto que merece una introducción. El director se basa en una serie de fotografías, vídeos y cartas encontradas en un contenedor de basura de un departamento de Madrid que -¿por casualidad?- cayeron en sus manos. Con ese material (re)construye las desventuras de un matrimonio estadounidense que abandonó su país con su torturado hijo para radicarse en España: él, un actor de cuarta que tuvo una aparición efímera en una escena clave de El bebé de Rosemary (así empieza la narración) y ella, una escultora presuntuosa.  Una voz en off nos va explicando esta historia de exilio, decadencia e inevitable tono trágico ¿Documental? ¿Film noir? ¿Un invento que nos manipula todo el tiempo? Pasen y vean. DIEGO BATLLE



-Animals (España, 101', 2012), de Marçal Forés.

Curiosa mezcla entre Donnie Darko, Ted y, digamos, Elefante, esta película catalana  se centra en un adolescente de 17 años tímido y sexualmente confundido cuyo mejor amigo es, ejem, un osito de peluche que habla… A diferencia de Ted, aquí el oso parlante en cuestión existe sólo en su imaginación y el animal parece tomarse muy en serio a sí mismo y a la relación con su dueño. Lo mismo pasa con la película, que tiene un tono grave y denso, e intenta abarcar casi todos los tópicos de la adolescencia sin hacer centro en ninguno.

Más que ninguna otra cosa, Animals intenta, desesperadamente, ser una película cool y está dispuesta a usar cualquier cosa para lograrlo: música indie, planos en cámara lenta, algunos delirios visuales, accidentes varios, relaciones pansexuales, sangre y tragedia a mano, y así. A fin de cuentas, lo único que parece importarle a Forés es la belleza o la onda de un momento determinado, casi como si fuera un director de videoclips que armó algo parecido a una historia para pasar de secuencia en secuencia. Los temas que trabaja la película son interesantes (el fin de la infancia, el despertar sexual, etc.), pero sólo parecen importar en función de forzadas epifanías audiovisuales, y lo que pasa por la cabeza o las emociones de su protagonista son secundarias en tanto la gota de sangre, el disparo, el beso, el plano de la guitarra o la cámara lenta en el bosque funcionen estéticamente. Una película desagradable, de principio a fin. El osito Ted le pegaría un sopapo a su ampuloso, aburrido y pretencioso colega Deerhoof (sí, el oso se llama Deerhoof, como la banda…) sólo al escucharlo decir dos palabras. Y a su dueño lo invitaría a ir a tomar unas cervezas y a otra cosa… DIEGO LERER




-Vamps (Estados Unidos, 93', 2012), de Amy Heckerling.

Lo escuché a Marcelo Panozzo hablar con genuino entusiasmo de este regreso de la dupla Amy Heckerling-Alicia Silverstone (sí, la misma de Ni idea). Lamento no compartir su euforia. Esta comedia sobre dos amigas vampiresas y roomates (la propia Silverstone y Krysten Ritter) en la Nueva York contemporánea, con sus desventuras amorosas y su extrañamiento (viven fuera de tiempo y lugar) tiene algunos momentos simpáticos e inspirados, bienvenidas irrupciones de desparpajo feminista, pero está lejos de ser una película lograda y redonda. Las situaciones supuestamente graciosas (ambas no beben sangre y concurren a un grupo de autoayuda con otros vampiros “abstemios”) no son demasiado eficaces y, para colmo, se repiten demasiado. Para colmo, la directora comete el pecado de desperdiciar el talento de –nada menos- Sigourney Weaver, Wallace Shawn, Richard Lewis y Malcolm McDowell en papeles secundarios. Un entretenimiento menor. DIEGO BATLLE



-Hasta el sol tiene manchas (México / Guatemala, 62', 2012), de Julio Hernández Cordón.

Esta híper ultra independiente producción del realizador guatemalteco de Las Marimbas del Infierno y Polvo da la impresión que debe haber sido mucho más divertida de hacer que lo que resulta de ver. Simpática e ingeniosa, con buenas ideas que la motorizan, pero bastante ardua de atravesar es esta película en la que varios amigos recrean situaciones, revisan la historia del país y/o, directamente, bailan o se golpean al mejor estilo Jackass sobre una pared pintada y usando, en la mayoría de los casos, unas máscaras enormes de cartulina para representar “rostros de personajes”. Todo esto, además, se mezcla con comentarios del realizador en off acerca del film en sí y sobre estética cinematográfica. Tiene momentos absurdos y divertidos, pero podría haber sido un simpático corto. Los 62 minutos de duración se terminan haciendo reiterativos. Se aprecia y agradece la libertad creativa, pero no mucho más que eso… DIEGO LERER



-Citadel (Irlanda / Reino Unido, 84', 2012), de Ciarán Foy.

Una de las películas de horror -bah, casi de cualquier género- menos políticamente correctas que vi en mucho tiempo, esta ópera prima irlandesa plantea una situación que, imagino, nadie aquí se atrevería a plantear. Un hombre ve cómo su mujer embarazada es asesinada por una banda de chicos con capuchas en un monobloc de un barrio pobrísimo y desolado. La bebé sobrevive pero estos niños pandilleros parecen querer matarla también y acosan al hombre que, perseguido por el trauma de lo que pasó, ni quiere salir de su casa. Una asistente social tratará de convencerlo de no temer, de que los niños del monobloc son buenos chicos que necesitan ayuda, pero un cura insistirá que están poseídos por el demonio y que hay que quemarlos vivos a todos.

El clima del film es bastante inquietante ya que el lugar, que tiene algo de los escenarios de Let the Right One In, se nos muestra de una manera realista (más cercana a Lugano 1 y 2 que a lo que alguien puede imaginar que es Europa), pero la película no tiene esa misma búsqueda temática y acaso lo más interesante que plantea es la idea de que es el miedo del protagonista lo que lo lleva a ser atacado ¿Cómo resolver ese miedo? Bueno, ustedes ya lo verán. No esperen, eso sí, que la película sea recomendada ni por trabajadores sociales ni por curas progresistas. Con explosivos, cuchillos y bombas caseras el asunto de “los niños infectados” se resuelve mucho más fácilmente… DIEGO LERER




-El Santos vs La Tetona Mendoza (México, 93', 2012), de Alejandro Lozano Adame.

Película de animación con todos los condimentos para convertirse en objeto de culto en las trasnoches. A partir de un cómic muy popular en México (que llegó a publicarse en diarios como La Jornada), esta combinación de sexo, drogas y rocanrol (y muchas situaciones extremas más) es, al mismo tiempo, un producto adolescente sobre zombies y una mirada despiadada al estado de las cosas en ese país. El Santos es una estrella del catch que está perdidamente enamorado de su ex novia, La Tetona, otra luchadora que ahora regentea un burdel. El tercero en discordia (rival de él, pretendiente de ella) es El Peyote Asesino.

A puro vértigo, con mucha irreverencia (abundan las puteadas y la escatología), Lozano Adame ametralla con chistes y guiños -que en muchos casos resultan inentendibles para los no mexicanos- para  una propuesta que de manera conciente apuesta a ser no sólo políticamente incorrecta sino incluso ofensiva y hasta insultante. No recomendada para espíritus sensibles (que la encontrarán soez y chabacana), se trata de un divertimento que “dialoga” con lo más zafado de Ralph Bakshi, Robert Crumb, South Park y siguen las firmas. Notables músicos participaron en la banda de sonido y hay “cameos” de Julieta Venegas y Guillermo del Toro, entre muchos otros famosos. DIEGO BATLLE



-Manhã de Santo António (Portugal / Francia, 24', 2012), de João Pedro Rodrigues.

Este nuevo cortometraje de Rodrigues -que tiene dos films en esta competencia, algo muy raro en cualquier festival- parte de una idea simple, pero visualmente contundente: las imágenes de adolescentes volviendo de las fiestas de San Antonio (patrono de la ciudad) a la madrugada por las calles de Lisboa. Con imágenes propias (no es un documental, es una recreación poética y muy libre) que recuerdan al cine de Jacques Tati -o de Michelángelo Antonioni- se ven a jóvenes volverr, coreográficamente, a sus hogares, en silencio, cual literal ejército de zombies, que caminan mirando hacia el piso, se desmayan, vomitan y no parecen saber muy bien adónde van en esa resacosa mañana en la ciudad vacía. Sugerente y creativa -aunque algo programática-, la película termina con unos versos de Fernando Pessoa y una suerte de homenaje, muy particular, al santo de Lisboa. DIEGO LERER



-The Poor Stockinger, the Luddite Cropper and the Deluded Followers of Joanna Southcott (Reino Unido,61', 2012), de Luke Fowler.

Les cedo el honor, diríamos. Juro que lo intenté y que puse mi mayor atención posible al trabajo con las imágenes de Fowler en relación a las lecturas y clases del profesor E.P. Thompson, un legendario historiador y educador socialista británico. Pero el tono de las clases y comentarios de Thompson que aparentan ser bastante interesantes están dichos (son audios grabados e imágenes filmadas suyas en los años ’50) con un tono apropiado para la más desarmante de las siestas. Imagino que sus alumnos no se le dormirían en clase porque tendrían que hacer menos esfuerzo que yo para ponerme en la situación de lo que dice en cada caso, pero lo cierto es que por más apreciable que me parecía el planteo estético (un pastiche feroz de imágenes de la Gran Bretaña actual) y lo que el hombre decía (algunos comentarios al pasar dentro de las lecturas eran bastante graciosos, lo mismo que cuando criticaba a sus alumnos), en algún punto de la hora de duración del film mi cerebro dijo basta y hasta ahí llegué. Seguramente los conocedores y/o admiradores de la obra de Thompson valorarán la película y creerán que soy un imbécil. Seguramente estarán en lo cierto… DIEGO LERER



-Déjeuner chez Gertrude Stein (Francia, 44', 2013), de Isabelle Prim.

No me cuenten entre los seguidores de Prim ni en los interesados en su propuesta estética. Admito que hay mucha creatividad y trabajo aquí, que hay ingenio y talento en la puesta, pero este tipo de videoarte cerrado y “sólo para entendidos”, con referencias inhallables y frases descontextualizadas que sólo funcionan dentro de un marco de fans de Stein y Toklas (Alice B.) me supera por lejos, no incita a mi curiosidad y me expulsa tanto como el fastidio que me terminan produciendo sus operaciones estéticas. Odio la palabra “pretencioso” (se la usa habitualmente de la peor manera), pero si hay algo que se puede parecer a eso, para mí, es esta pieza conceptual francesa. Por suerte, es sólo un mediometraje… DIEGO LERER



-Hábitat (Argentina, 40', 2013), de Ignacio Masllorens.

Planos fijos (menos el último) de unos 10 a 15 segundos cada uno sobre una Buenos Aires vacía. Sí, edificios, casas, calles, parques, talleres, fábricas, bares y subterráneos filmados en esos raros momentos del día en que están sin gente. Si la idea del director de Martin Blaszko III puede sonar en principio demasiado “programática”, el resultado (desde lo cinematográfico, lo arquitectónico y lo sensorial) es muy interesante. Y más que eso: este mediometraje a-lo-James Benning tiene bastante de inquietante, fantasmagórico y, por qué no, apocalíptico. Que absurda y contradictoria es la ciudad ¡Y qué linda es sin gente! DIEGO BATLLE



-Las amigas (Argentina, 35', 2013), de Paulo Pécora.

Prolífico y audaz como pocos, Pécora sigue haciendo sin descanso cortos, medio y largometrajes en los que combina su pasión por el cine clásico, por la fotografía, por la literatura, por lo narrativo y por lo experimental. Aquí, se mete con el vampirismo (y el canibalismo) a partir de la historia de cuatro amigas depredadoras que conviven en una decadente mansión. Blanco y negro + color + efectos que remedan la estética (y las copias gastadas) de las primeras películas mudas. Pécora juega al (y con el) cine, apelando a todas sus posibilidades estéticas (las texturas y los contrastes de las imágenes) y un relato cuyo tono y climas remedan a los de los surrealistas. Una buena decisión la de incluir en esta sección los 35 minutos de Las amigas, que son de “vanguardia” y también de “género”. DIEGO BATLLE



-Lukas the Strange (Filipinas, 82', 2013), de John Torres.

Película clásica y moderna, liviana y experimental, documental y ficción, artificial y creíble a la vez, se trata de una bienvenida rareza que presentó en su tramo final la sección VyG. Con elementos que remiten al cine de su compatriota Raya Martin, sobre todo en la forma en que introduce elementos de la tradición (y las leyendas populares) de su país en un relato que en otros momentos de bien vanguardista y contemporáneo, Torres combina con muchos más aciertos que tropiezos elementos que van desde el ingreso de un adolescente al universo adulto hasta el cine dentro del cine, pasando por un bello retrato de la comunidad rural. Un patchwork visual para una película que explora sin prejuicios y con mucha creatividad nuevos caminos para el cine. DIEGO BATLLE


Crítica de Mujer lobo (Argentina, 92', 2013), de Tamae Garateguy. 

Crítica de El día trajo la oscuridad (Argentina, 78', 2013), de Martín Desalvo (en breve). 

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