Críticas
El tren de las 3:10 a Yuma
Más corazón que odio
Un viejo gran western recuperado con la dinámica, las técnicas y la sensibilidad de hoy. Una maquinaria narrativa llena de suspenso, tensión y emoción. Un director como Mangold que logra su mejor trabajo hasta la fecha. Un elenco sin fisuras con un duelo entre dos protagonistas no tan antagónicos (el "malo" Russell Crowe y el "bueno" Christian Bale) y con varios excepcionales personajes secundarios. Una fotografía y un sonido que sólo en el cine se pueden admirar y disfrutar en su dimensión exacta. Todo eso es El tren de las 3:10 a Yuma versión 2007. Mucho más que una simple remake.
Cada vez que surge un western con éxito y premios (Danza con lobos, Los imperdonables, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford o este film) se habla del revival, del boom, del renacimiento, del resurgimiento del género más tradicional de la historia del cine norteamericano. No pretendo abonar esa idea ni me parece que El tren de las 3:10 a Yuma justifique ninguna teoría o tendencia comercial. Se trata, simple y contundentemente, de una reelaboración digna, noble y muy eficaz de una vieja historia contada con las técnicas, las sensibilidades y las actuaciones de hoy.
La anécdota es, con matices, similar a la de 1957. Dan Evans (Christian Bale) es un ranchero en crisis. Angustiado por la sequía, las deudas, los padecimientos de su familia y las presiones de los poderosos del lugar que pretenden quedarse como sea con sus tierras, acepta participar en el traslado del famoso forajido Ben Wade (Russell Crowe) hasta el tren que parte a las 3:10 con destino a la cárcel de Yuma. Claro que, en el trayecto, deberá vérselas con los apaches, con otros que también quieren la cabeza de Wade y, claro, con la despiadada banda del prisionero, ahora liderada por Charlie Prince (notable trabajo de Ben Foster en uno de esos secundarios impagables), que está dispuesta a todo con tal de liberarlo.
En su mejor trabajo hasta la fecha (Tierra de policías no estaba nada mal y era un western encubierto), Mangold reconstruye la dinámica social de la desértica y cruda Arizona de fines del siglo XIX con el invalorable aporte de su fotógrafo Phedon Papamichael (Entre copas) y de un elenco sin fisuras.
Algunos podrán cuestionar que El tren de las 3:10 a Yuma es, casi, un western filosófico y humanista (¿revisionista? ¿concesivo?), sobre las posibilidades de redención y reconciliación aún en las peores circunstancias (violencia, odio, venganza), pero yo lo encuentro decididamente conmovedor y sin por eso caer en los golpes bajos de la sensiblería.
Despojada de cualquier atisbo analítico, debo confesar entonces que disfruté mucho de haber visto este western en el cine (intuyo que la experiencia no será tan embriagadora en DVD). Una de esas películas que nos permiten salir de la sala con una sensación de satisfacción que no se produce tan a menudo.
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A mi me gustó mucho, la disfruté, siempre me gustaron los western, y por primera vez me gustó la crítica de Martina, estoy totalmente de acuerdo.-
¿Se puede hacer un western de los 50 en el 2007? ¿Qué se gana y qué se pierde? Las certezas de los 50 ¿cómo hacen para vérselas con las ambiguedades de la postmodernidad? En esta nueva versión, el héroe ¿dice la verdad o utiliza una estratagema para salvar su vida? ¿Puede la industria actual soportar que el mal y el bien se confundan, pero se confundan en serio? ¿Puede ser un muy buen padre y esposo, un oscuro traidor y un feroz delincuente, un gran hombre? A mí me parece que el western de los cincuenta zanjaba mejor estos problemas, sin lesionar el verosímil. Acá el guion es menos riguroso y para mí todo resulta un poco menos verosímil. Se lo atribuyo al tipo de acción que hoy necesita construir el cine de acción: donde ayer hubo pueblos verdaderamente chicos e infernales y gente que en serio se conocía entre todos, hoy hay demasiada espectacularidad. En el western clásico, el hombre era nada frente al paisaje. En el actual, los FX parecen ser mayores que el desierto. Finalmente, los cincuenta parecen ser más certeros en cuanto a ideas (menos decadentes: más ingenuos). De todas maneras es una película sensible, intensa y bella.
señores: volvieron los sabados de super acción!!<br /> Magistral western. Tiene todos los ingredientes: ataque a la diligencia, pueblo pequeño del lejano oeste, saloon con chica linda, los buenos, los malos queriendo matar a los buenos y ay!!!!! siempre lo mismo; el malo se pierde por un cabello de mujer.<br /> SENSACIONAL!!!!!!!!!!!!!!!!!