Críticas

007 Spectre, de Sam Mendes

Licencia para no matar


En una clara involución respecto de la anterior Skyfall, este nuevo trabajo del director de Belleza americana reincide con la idea de regodearse con los traumas familiares y sentimentales de Bond (Daniel Craig). Una película con personajes a medio perfilar, falta de fluidez de la narración y una anodina Léa Seydoux, cuyo principal atractivo pasa por sus nexos con anteriores films de la saga, que permitirán a los connaisseurs del universo 007 descubrir múltiples guiños y referencias.




Estreno 05/11/2015
Publicada el 04/11/2015

007 Spectre (Reino Unido-Estados Unidos/2015). Dirección: Sam Mendes. Elenco: Daniel Craig, Christoph Waltz, Léa Seydoux, Ralph Fiennes, Monica Bellucci, Ben Whishaw y Andrew Scott. Guión: John Logan, Neal Purvis, Robert Wade y Jez Butterworth. Fotografía: Hoyte Van Hoytema. Música: Thomas Newman. Edición: Lee Smit. Diseño de producción: Dennis Gassner. Distribuidora: UIP (Sony). Duración: 148 minutos. Apta para mayores de 13 años. Salas: 215 (en versión doblada o subtitulada).



Pese a la cantidad de guionistas que aparecen en los títulos de créditos de Spectre, no cabe duda de que estamos ante una película de Sam Mendes (el director de Belleza americana y de la anterior entrega de Bond, Skyfall), que consigue de nuevo llevar al agente secreto creado por Ian Fleming a su territorio, el del drama psicológico. 



Como ocurría en la magnífica Skyfall, el motor de la acción de la discreta Spectre son los traumas de Bond, heridas del pasado familiar y sentimental que rebrotan en un presente en caótica transformación. El arranque de la película –una suerte de homenaje al plano secuencia inicial de Sed de mal, de Orson Welles, ambientado en México D.F.– sitúa a Bond en los márgenes de la ley. Cumpliendo el último deseo de la M encarnada por Judy Dench, Bond (interpretado con la contundencia y eficiencia habitual por Daniel Craig) destapa una organización criminal que parece responsable de la mayoría de los males del planeta: corrupción farmacéutica, trata de blancas, terrorismo global, espionaje industrial...

El problema para Bond es que, en su empeño por vivir en paz con su pasado, terminará abriendo nuevas compuertas hacia recuerdos turbulentos, al tiempo que se ganará la desconfianza de sus superiores: el nuevo M, encarnado por Ralph Fiennes, y C (Andrew Scott), quizás el personaje más relevante de Spectre. C es un joven y ambicioso integrante del Servicio de Inteligencia que no cree en los métodos primitivos de Bond y que aspira a sustituir a los viejos espías por tecnología de última generación: la idea es reemplazar a los 00 por drones.

Cabe decir que esta subtrama relativa al cambio de paradigma en el espionaje mundial termina siendo mucho más interesante que la central de Bond, aunque al final veremos que están interconectadas. Dicho esto, es una pena que Scott no tenga el carisma actoral suficiente (del que va sobrado Fiennes, por ejemplo) para darle una presencia mayor a C.

Por su parte, Bond presenta en Spectre su cara más tosca y arcaica. Para acentuar el contraste con la modernidad encarnada por C, Bond debe enfrentarse cuerpo a cuerpo a un matón forzudo que remite claramente al Jaws (Richard Kiel) de Moonraker o La espía que me amó. Unas escenas de acción que, por cierto, nunca terminan de integrarse orgánica y fluidamente en el relato. Da la impresión de que Mendes cumple a regañadientes con los requisitos básicos de la saga, convirtiendo las escenas de acción en elementos accesorios, perfectamente olvidables.

Aunque el mayor problema de Spectre son dos de los tres vértices que componen el esqueleto narrativo de la película. Con un Bond sobradamente consolidado, los que fallan son la chica Bond (una Madeleine Swann interpretada por una anodina Léa Seydoux) y un villano llamado Oberhauser que encarna Christoph Waltz. En su habitual rol de cavernícola ilustrado, el sibilino Waltz construye su personaje con el piloto automático, demostrando muy poca implicación, incapaz de conferir un aura amenazante a este malévolo genio de la tecnología. Aunque quizás la debilidad de Oberhauser esté más en la composición del personaje que en la interpretación de Waltz.

En su afán por exprimir la dimensión traumatizada de Bond (que queda muy patente en el juego de espejos de los títulos de crédito iniciales), Mendes imagina un villano que es la suma de todos los adversarios de la historia reciente de Bond. Y, confiando en la fuerza (fallida) de este planteamiento, los guionistas descuidan otorgar a Oberhauser una mínima profundidad psicológica y algún tipo de misterio, cualidades que abundaban, por ejemplo, en el personaje de Silva (Javier Bardem) en Skyfall. 



En uno de los pocos hallazgos notables de Spectre, Bond se adentra en una de las guaridas de Oberhauser y allí encuentra una especie de telaraña construida con cuerdas. Los cinéfilos no tendrán problemas para vincular dicha imagen con la realidad trastornada de Spider, de David Cronenberg, película protagonizada justamente por Ralph Fiennes. Sin embargo, esta interesante representación física de la psique atormentada de Bond no termina de resonar con fuerza en una película plagada de momentos más bien risibles, como el anecdótico encuentro de Bond con una complaciente viuda italiana a la que da vida Monica Bellucci, o las conversaciones del héroe con Swann (Seydoux), que como no podía ser de otra manera es psicóloga y sabe cómo tocar la fibra emocional del traumatizado 007.

Spectre no defraudará a los fans de Bond. De hecho, al subrayar sus nexos con anteriores películas de la saga, los connaisseurs del universo Bond seguramente se lo pasarán en grande cerrando cabos abiertos en el pasado. Sin embargo, las debilidades de la película (los personajes a medio perfilar, la falta de fluidez de la narración) no permiten hablar de una obra satisfactoria. Veremos si, en el futuro, los responsables de la saga prosiguen su investigación de este Bond convertido en “caballero oscuro” o si se plantean una saludable renovación.






COMENTARIOS

  • 19/11/2015 14:06

    Rodolfo D. nadie impide la pelea en el tren porque es una regla del género, nosotros los espectadores pagamos la entrada de esta película para ver eso. Es como cuestionar porque en las comedias musicales todos se saben la letra de lo que cantan y les salen tan bien las coreografías improvisadas.

  • 18/11/2015 10:38

    Más de lo mismo, pero con un excelente envoltorio. Craig, omnipresente en todo el film, se regodea con su pinta, seguridad y aplomo. Hay escenas rayanas en lo cursi como la del tren donde Bond y la muchacha de turno van al coche restaurant vestidos de gala, y la secuencia inmediata, gran pelea gran con el obvio villano, dejan los vagones a la cochina miseria, sin que aparezca nadie para impedirlo. Pero si de choques, persecuciones, incluso en helicóptero, tropadas imposibles y otras yerbas hablamos, los hay a rolete, para regocijo de quien busca acción y adrenalina pura. Para entretenerse sin mayores exigencias.La fotografía, muy oscura, a menos que sea defecto de la pantalla-. Bien colocadas las dos estrellitas y media conferidas.

  • 17/11/2015 0:42

    Es una simple pelicula de accion con un personaje legendario como Bond. Protagonistas chatos, trama vulgar y remanida...este Bond de Craig le pifia en la dispar calidad de las peliculas. Para ver mientras lavamos los platos. Y nada mas.

  • 9/11/2015 22:27

    En esta película Sam Mendes vuelve a los tópicos clásicos de las películas de James Bond, porque si bien Skyfall me pareció una gran película, por momentos no parecía una película de este personaje. Y confirmando lo que dice Charly Barny, debe verse como lo que es, una película de acción, porque en definitiva es eso. Y Christoph Waltz, quien ya se había consagrado como un gran actor, acá se gradúa como villano.

  • 7/11/2015 18:30

    SPECTRE de Sam Mendes RETORNO AL PASADO CUESTIONANDO AL FUTURO El film puede verse como lo que es, una película de acción, pero queda deudor por ser un film demasiado pretencioso que no satisface las líneas dramáticas que plantea. Es cierto que esas líneas se juntaran al final, pero el trayecto de las mismas está lleno de obstáculos que obligan a espectador a un esfuerzo mayúsculo para podes desentrañarlas. En "Skyfall", Mendes llevaba a buen puerto el conflicto de la orfandad de los doble ceros y lo transformaba en tragedia ante la muerte de M. Pero en "Spectre", los conflictos paralelos no se resuelven a través de las imágenes sino por medio de diálogos explicativos que se llevan por delante todos los esfuerzos cinematográficos que Mendes ha hecho para que Spectre pueda ser el gran espectáculo Bond que se propuso ofrecer. Comentario Completo en http://thecharlysmovies.blogspot.com.ar

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