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Crítica de “Stud Free Pub (Una buena historia)”, de Ariel “Topo” Raiman (Sección Banda Sonora Original) - #34MDQFilmFest

El baterista de Los Pericos dirigió a pura nostalgia este documental que reconstruye la fabulosa historia de una vieja caballeriza devenida en uno de los centros fundamentales del rock nacional de principios de los '80.

Publicada el 16/11/2019


En la arquelología del rock nacional de la década de 1980 hay varios ámbitos emblemáticos y -a esta altura- míticos: los insoslayables son el Café Einstein que estaba ubicado en Av. Córdoba 2547; la Esquina del Sol de Guatemala y Gurruchaga; y el Stud Free Pub de Av. Libertador 5665. Luego vinieron lugares más grandes como el Parakultural (más ligado a la performance y el teatro under), Cemento en el barrio Constitución (que ya tuvo su documental) y muchos más.

En Stud Free Pub, justo cuando se salía del túnel de Av Libertador, se “cocinó” buena parte de la historia del rock de la primavera alfonsinista. Era un lugar donde los músicos, los periodistas especializados y los iniciados en la materia se daban cita cada noche (madrugada en realidad). Allí tocaron (casi) todos: desde Sumo hasta Los Redondos, pasando por los primeros shows oficiales de Soda Stereo, Charly García, Riff, Cadillacs 57 (precursora de Los Fabulosos Cadillacs), la formación antológica de Fricción (Richard Coleman, Christian Basso, Fernando Samalea y Gustavo Cerati), Los Encargados, Los Enanitos Verdes, Alphonso S'Entrega, Clap, Sueter, Banana, Viuda e Hijas del Roque Enroll, Claudia Puyó, Miguel Mateos, Andrés Calamaro, Rubén Rada, Los Twist, Madre Atómica, Duna, Los Pillos, David Lebón y otras bandas hoy ya no tan recordadas por las nuevas generaciones como Los Antonios, Cosméticos, Los Argentinos, Autobús, Besos de Neón o Art Noveau.

Todo eso (y mucho más) está presente en el recorrido y reconstrucción que propone Ariel “Topo” Raiman en Stud Free Pub (una buena historia), un registro por momentos un poco caótico, despolijo y poco profundo (demasiados testimonios de escasos segundos cada uno), pero que en el collage narrativo y el patchwork visual termina dando una idea bastante acabada de lo que significó -y aún hoy sigue representando para muchos artistas- ese centro cultural.

Lo primero que hay que advertir es que en el documental sobran los músicos que hablan desde el hoy y faltan imágenes de aquellos tiempos. El archivo no es precisamente uno de los fuertes de la Argentina y poco y nada se ha conservado de esa época. Se ve a Clap, a Los Redondos, a Sumo y a Los Twist en vivo, una hilarante entrevista de Tom Lupo a los integrantes de Sumo en los camarines del Stud, a Fricción tocando el cover de Héroes (genial la anécdota que cuenta Coleman al respecto) y no mucho más.

En el terreno de los testimonios casi no quedó nadie por participar: desde los tres dueños del lugar que son un poco los narradores y conductores de la película hasta Charly García, pasando por el Indio Solari, Sergio Rotman, Zeta Bosio, Ricardo Mollo, Pipo Cipolatti, el Negro Rada, Daniel Melingo, César Pueyrredón, Tito Fargo, Willy Crook, Diego Frenkel, Gaby Kerpel, Rinaldo Rafanelli, Ciruelo, Roberto Petinatto, Miguel Zabaleta, Tito Losavio y periodistas/conductores como Lalo Mir, Bobby Flores, Tom Lupo, Sergio Marchi, Alfredo Rosso, Claudio Kleiman y Pipo Lernoud. Justamente Lernoud es el eje del mejor segmento de archivo, ya que su casamiento se realizó en el Stud y allí fue prácticamente toda la cofradía del rock argento. Las apariciones de Luis Alberto Spinetta, Miguel Abuelo o Charly García son decididamente hilarantes.

En Stud Free Pub conviven historias de amor, de excesos, de negocios (los ejecutivos de CBS, RCA y otras discográficas yendo a fichar nuevos talentos tras la prohibición de pasar música en inglés luego de la Guerra de Malvinas) y una mística artesanal que llevaba a los propios músicos a cargar sus equipos o pegar los afiches fotocopiados en las zonas aledañas.

La prehistoria del rock argentino fue con Los Gatos, Manal y Almendra, pero la segunda gran generación que nutrió al país y a toda América Latina surgió a fines de la dictadura militar y en los albores de la democracia. Aunque muchos de los hoy cincuentones, sexagenarios o septuagenarios músicos no se acuerden de los detalles (demasiados años y sustancias pasaron), todos coinciden en la importancia decisiva de ese lugar en sus carreras y comparten esa mezcla de nostalgia y emoción. En ese sentido, puede decirse que Stud Free Pub -la película- cumplió con creces su objetivo.




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COMENTARIOS

  • 29/01/2021 9:18

    Gran recuperación del documental el segmento del concierto de Trixy y Los Maniáticos, prácticamente lo único existente en formato video de una banda punkie que no llegó a grabar. Lo de Lernoud es lo mejor. Me gustó y emocionó mucho.

  • 16/11/2019 10:47

    Llegué a ver varias bandas allí, me acuerdo por ejemplo de un show de Clap con Frenkel, Samalea y Basso. Ojalá se estrene en salas o al menos esté disponible en streaming. Lindo recuerdo

  • 16/11/2019 9:01

    ¿Los Pillos y Duna bandas ya no tan recordadas? Duna toca bastante ultimamente...

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