Festivales

Crítica de “El mensaje” y entrevista al director Iván Fund - #Berlinale2025 (Competencia Oficial)

Por primera vez en cinco años (la última había sido El prófugo, de Natalia Meta, en 2020), una película argentina compite por el Oso de Oro del festival alemán. Un indudable salto en la carrera del director de La risa (2009), Los Labios (2010, codirigida con Santiago Loza), Hoy no tuve miedo (2011), Me perdí hace una semana (2012), Toublanc (2017), Vendrán lluvias suaves (2018) y Piedra noche (2021), quien dialogó con OtrosCines.com poco antes del estreno mundial.

Publicada el 18/02/2025


El mensaje (Argentina, España, Uruguay/2025). Dirección y edición: Iván Fund. Elenco: Mara Bestelli, Marcelo Subiotto, Anika Bootz y Betania Cappato. Guion: Iván Fund y Martín Felipe Castagnet. Fotografía: Gustavo Schiaffino. Música: Mauro Mourelos. Sonido: Leandro de Loredo y Omar Mustafá. Dirección de arte: Adrián Suárez. Productores: Iván Fund, Laura Mara Tablón y Gustavo Schiaffino. Coproductores: Paz Lázaro, Fernanda Pérez, Sandra Rojas, Germán Ormaechea Puig, Edson Sidonie, Florencia Visconti y Evangelina Rojas. Duración: 91 minutos. En Competencia Oficial.

Myriam (Mara Bestelli) y Roger (Marcelo Subiotto) viajan a bordo de una destartalada camioneta que es también una mini casa rodante junto a Anika (Anika Bootz), una niña de unos diez años que parece ser su hija, pero pronto nos enteraremos de que en verdad su madre Eloisa (Betania Cappato) está internada en un hospital psiquiátrico.

Esa familia improvisada, conformada más allá de los lazos sanguíneos, esa suerte de “gitanos” ambulantes, recorrerá caminos de tierra, visitará cementerios de animales y compartirá paradores con camioneros en un largo trayecto lleno de desventuras y precariedades, aprovechando siempre un extraño don de la pequeña. En efecto, Anika -quien más allá de su inocencia parece la más adulta de los tres- tiene la capacidad de comunicarse con los animales, una suerte de vidente, de médium, que permite que los dueños de alguna manera se conecten con sus mascotas queridas.

Anika transmite, Myriam interpreta los mensaje que la niña recibe y Roger es el encargado de negociar y cobrar los honorarios. ¿Un auténtico milagro o un fraude propio de oportunistas? Poco importan las certezas en esta bella, agridulce y minimalista road movie con una magnífica fotografía en blanco y negro a cargo de Gustavo Schiaffino donde lo sobrenatural, lo mágico, lo fantástico, lo sobrenatural convive con absoluta fluidez y elegancia con el naturalismo y hasta cierto costumbrismo campestre, así como la música original de Mauro Mourelos puede darle espacio a la irrupción de Always on My Mind, el clásico de Pet Shop Boys, que -como la película en sí- funciona en forma de catarsis, epifanía, desahogo y celebración.




Entrevista a Iván Fund: “El mundo nos va dejando cada vez más claro que la ciencia ficción es el nuevo realismo”

-¿Cómo surgen la historia de la película y de estos personajes, en especial el de Anika y su capacidad excepcional para comunicarse con los animales?

-Me interesaba seguir explorando la mirada de la infancia. Será que me estoy poniendo viejo, pero hay algo de eso que me empieza a resonar y a convocar. Había algo que veía y que me conmovía mucho: el momento en el que un niño empieza a tener la capacidad de contenerse a sí mismo y contener a otros, incluso a un adulto. Había algo de ese proceso que para mí ordenaba un poco el arco de la película. Y obviamente el personaje de Anika tiene el don de hablar con los animales, que es una idea bastante recurrente en la infancia. Me parece que todos en algún momento pensamos que eso era posible o al menos teníamos ese deseo de niño. Cuando uno es chico esas posibles conexiones son también una manera de no sentirse tan solo, de ser parte del mundo. Por otro lado, me daba mucha curiosidad la idea de trabajar un personaje que tenga un don muy mágico, casi espiritual, pero en un contexto en el que se ven obligados a mercantilizarlo de alguna forma, donde esa capacidad se transforma en un servicio, casi como una consulta al psicólogo, como una transacción de mercado para conseguir unas monedas y llegar a fin de mes. Había algo de ese choque, de esas dos realidades, que me parecía interesante.Y, además de todo eso, el corazón que termina de armar la historia es lo familiar y lo vincular. Y de cómo estos personajes constituyen una familia no necesariamente desde los vínculos sanguíneos o legales, sino como seres que se acompañan en el camino.


-En tu cine, en un principio naturalista, hay cada vez una irrupción más fuerte de elementos fantásticos, mágicos o sobrenaturales ¿Por qué ese interés por romper con ese realismo inicial?

-Es algo que hace rato que vengo haciendo y transitando. Creo que tiene que ver primero con que soy hijo del cine de los años '90, de ese cine de aventura y fantástico de Spielberg, Zemeckis y toda esa banda, que hicieron que uno alucine con la posibilidad de que lo asombroso aparezca en el medio de la vida del hombre común. Y, como hijo de familia trabajadora y viviendo en un pueblo, tenía también la posibilidad de conectarme con esa fantasía y usar la imaginación que proponían los relatos de esos maestros. En relación al cine que hago, confío en poder incorporar esos elementos propios si se quiere de una narración más arquetípica, de cierta épica cinematográfica o del fantástico. En mi caso, creo que es un buen atajo, un buen catalizador para poder hablar de las cosas que uno quiere, para poder enfocarse en un vínculo, con esos matices a veces más tenues que uno quiere articular en los relatos. Yo siempre hago una analogía astronómica que me resulta bastante adecuada para explicar lo que intento hacer: cuando mirás el cielo los astrónomos dicen que cada estrella tiene diferente intensidad, hay algunas que se llaman de luminosidad muy tenue, de visión indirecta, porque las que están al lado que son más brillosas te impiden verlas. Entonces, la única manera de verlas es mirando para otro lado y solo con el rabillo del ojo ves que hay algo tenue ahí. Algo de esa operación intento hacer incorporando estos elementos fantásticos en historias más minimalistas. Agregaría también que la búsqueda de incorporar elementos fantásticos o del género de ciencia ficción tiene que ver con una voluntad del cine que quiero hacer y que también nos pertenece. Hay una idea que a medida que uno va creciendo va entendiendo con mayor claridad y que es una suerte de colonización a la inversa: te hacen creer que si sos un cineasta independiente de la Argentina hay ciertos relatos que no te pertenecen. El cine es de todos, incluida la magia y la fantasía. Y el mundo además nos va dejando cada vez más claro que la ciencia ficción es el nuevo realismo. Parece que siempre nos quedamos cortos.



-Más allá de volver a trabajar con Marcelo Subiotto y Mara Bestelli, como en “Piedra Noche”, aquí el principal desafío actoral seguramente pasó por integrar la impronta y la mirada de Anika Bootz ¿Qué buscabas y qué encontraste en ella?

-Con Subiotto y Bestelli nos conocemos desde mi película anterior y desde entonces no solo nos hicimos amigos sino que nos hicimos familia y compartimos mucho. Entonces, fue como como continuar naturalmente el desarrollo de ese vínculo y de las curiosidades compartidas. Anika Bootz, la niña protagonista, es mi hijastra, la conozco desde que tenía dos años y ahora tiene diez, así que podemos decir que la película estuvo en preproducción durante ocho años. Ella los conoce mucho a Mara y a Marcelo, y hay algo de ese vínculo real que ellos ya tenían que fue puesto a disposición de la película. Me interesaba retratar algo del amoroso vínculo que ellos compartían. Y Betania Cappato, que interpreta a la madre de Anika, es su madre en la vida real, así que la familia que está en pantalla es muy cercana a la que está detrás de cámara. Lo mismo aplica al equipo: es prácticamente el mismo de mis películas anteriores y es posibilita esa intimidad y una forma de trabajar en común. Marcelo y Mara son actores con mucha trayectoria, muy profesionales y talentosos, y lo que me interesaba con la incorporación del tono de Anika es que ella pudiera ser una bisagra entre esa cosa más articulada de los personajes adultos y la imprevisibilidad y la magia de la realidad y de la reacción del momento.


-La mayoría de tus películas estrenaron en festivales nacionales (sobre todo BAFICI y alguna en Mar del Plata) ¿Qué significa para vos y tu carrera que hayas sido seleccionado para un festival de referencia como la Berlinale y en su Competencia Oficial?

-El BAFICI y Mar del Plata fueron mi escuela, yo me eduqué en los festivales de cine y y lo que sé de cine y lo que aprendí fue gracias a la enorme importancia que tienen. Hace veinte años que hago películas y fue todo muy gradual. Fue como soñado que, en su momento, luego de estar ahí viendo películas, el BAFICI y Mar del Plata eligieran mis primeros cortometrajes y ganaran algún premio. Eso después me llevó a hacer un par de mediometrajes, luego los largos, el Festival de Cannes con Los labios, Venecia con Piedra noche... Me parece que una película le va dando la mano a la otra. Estar en la Competencia Oficial de la Berlinale es primero que nada una alegría gigante, un reconocimiento que nos llena de felicidad, estamos muy agradecidos y honrados por estar en la misma sección con maestros que admiramos. Que el festival haya apostado a este tipo de narración autoral y de riesgo me renueva la fe.




-Sé que sin el aporte del INCAA la producción se hizo muy cuesta arriba y que tuvieron que sumar voluntades durante y después del rodaje. ¿Cómo viviste el proceso con un cine argentino casi paralizado?

-Es muy triste la situación, no tengo memoria de una época con semejante nivel de desinformación, de ignorancia y de ataques hacia la cultura en general y el cine en particular. En ese contexto, filmar una película como la nuestra con un equipo muy reducido fue una decisión y un acto de fe. Nos dijimos: vamos a hacerla igual y a encontrar la manera de que incluso sea un acto celebratorio. Si algo caracterizó desde siempre al cine argentino es que encontró la manera de sobreponerse y de existir. Los cineastas no tenemos miedo y buscamos herramientas para dar vuelta las cosas. Nuestra película fue un poco en ese sentido también, un movimiento de comunidad, de apoyos, de perseverancia y de determinación. Este gobierno niega las películas y niega a un montón de trabajadores. Me duele sobre todo por los más jóvenes que recién empiezan, sin un mínimo apoyo público se les hace muy cuesta arriba.


-Mientras a nivel nacional la industria está casi parada, se nota cierto florecimiento a nivel provincial. En el caso de Entre Ríos, por ejemplo, con el instituto provincial, el FICER, el cash rebate, etc. ¿Crees que estas iniciativas pueden sumar a nivel de federalización y descentralización ante la crisis del INCAA y del cine más industrial?

-Me parece que es una de las claves. Hay una frase de nuestro querido Jonas Mekas, que ahora no puedo recordar con exactitud, pero que a grandes rasgos decía que la utopía existía, que era posible, pero a pequeña escala. Él creía en la utopía dentro de las comunidades, de los grupos de amigos. Creo que esa es una forma posible para ir surfeando esta ola hasta que salgamos adelante. Es esencial seguir defendiendo y apostando por la multiplicidad de voces, por un cine más particular y representativo de las distintas regiones frente a uno globalizado, homogéneo y prístino que nos están imponiendo todo el tiempo.


Sumate a la comunidad de OtrosCines/Club

Las suscripciones son la mejor manera para que las lectoras y los lectores apoyen directamente a los emprendimientos periodísticos independientes y ayuden a sostener un producto de calidad que mantiene el acceso a todos sus contenidos de forma gratuita. Además, se accede a una amplia oferta de beneficios y contenidos exclusivos.

MÁS INFORMACIÓN
SOBRE BENEFICIOS
Y SUSCRIPCIONES


COMENTARIOS

  • SIN COMENTARIOS

DEJÁ TU COMENTARIO


FESTIVALES ANTERIORES


Todos los premios - #BAFICI2025
OtrosCines.com

-Este sábado 12 de abril se entregaron en La Usina del Arte las distinciones de la vigésima sexta edición del festival porteño.
-LS83 obtuvo el Premio Ciudad de Buenos Aires al mejor largometraje nacional en todas las competencias.
-La virgen de la Tosquera logró el Gran Premio del Jurado de la Competencia Internacional; y Bajo las banderas, el sol, el de la Competencia Internacional.

LEER MÁS
Críticas de “The bewilderment of chile”, de Lucía Seles, y “Lo deseado”, de Darío Mascambroni (Competencia Argentina) - #BAFICI2025
Diego Batlle

El nuevo film de Seles ganó el Premio Especial del Jurado de la competencia dedicada a lo nuevo del cine nacional.

LEER MÁS