Festivales
Crítica de “This Much I Know To Be True”, documental de Andrew Dominik con Nick Cave y Warren Ellis (sección Berlinale Special) - #Berlinale2022
Otro extraordinario legado humano y sobre todo artístico de la dupla Cave-Ellis para sus fans.
This Much I Know To Be True (Reino Unido/2022). Dirección: Andrew Dominik. Con Nick Cave, Warren Ellis, Marianne Faithfull, Wendi Rose, Janet Ramus, T Jae Cole, Eloisa-Fleur Thom, Alessandro Ruisi, Luba Tunnicliffe y Max Ruisi. Fotografía: Robbie Ryan. Duración: 105 minutos. En Berlinale Special.
Cerca del final del film Nick Cave canta una hermosa versión en vivo de Balcony Man, uno de los temas incluidos en el disco Carnage (2021). Uno de los versos de ese temazo dice “This much I know to be true” (“Esto es lo que sé que es verdad”) y esa frase ha quedado también como título de este nuevo documental sobre el pensamiento, el proceso creativo y el arte en vivo de Cave y su inseparable ladero Warren Ellis.
A la dupla Cave-Ellis, en verdad, habría que sumarle al también australiano (aunque en verdad nació en Nueva Zelanda) Andrew Dominik, que viene trabajando con ellos desde hace mucho tiempo. Si los líderes de los Bad Seeds compusieron, por ejemplo, la banda sonora original de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Dominik ya había filmado otro notable documental sobre y con ellos como One More Time with Feeling (2016), centrado en el disco Skeleton Tree.
Sin llegar a las cimas de 20.000 días en la tierra (2014), de Iain Forsyth y Jane Pollard, que para mi gusto sigue siendo el mejor acercamiento al universo de Cave, This Much I Know To Be True es un verdadero deleite para los fans (y probablemente solo para los fans) de Cave, de Ellis y de los Bad Seeds.
Aunque tiene algunos momentos intimistas e introspectivos en los que Cave (y en menor medida el más parco y recatado Ellis) explican su visión del arte en tiempos pandémicos y de su particular proceso creativo (son bastante duros al admitir que buena parte de lo que hacen es material frustrante y descartable), el corazón de This Much I Know To Be True pasa por la interpretación en vivo en un inmenso y viejo galpón/estudio de una docena de canciones de los álbumes Ghosteen (grabado con los Bad Seeds) y el apuntado Carnage (solo de Cave y Ellis).
Los momentos en los que Cave vuelve sobre la absurda muerte en 2015 de Arthur, su hijo quinceañero, y cómo ese hecho trágico ha impregnado su arte y ha cambiado la relación con sus fans luego de la publicación de The Red Hand Files a partir del intercambio franco y descarnado que mantiene con mucho de ellos, son realmente conmovedores, pero de todas maneras nada se acerca a la experiencia de ver a Nick y a Warren aporreando teclas junto a una sección de cuerdas y a un coro en la interpretación de temas tan bellos y tristes como los de los últimos dos discos.
Y hay un prólogo dedicado a 18 figuras diabólicas concebidas en cerámica en plena pandemia por el propio Cave que dan lugar a un relato muy propio del espíritu de este artista y -ya promediando el documental- un regalo excepcional: la presencia de una Marianne Faithfull bastante débil, degradada, un poco dictadora pero igualmente risueña y hermosa, que se quita el oxígeno para cantar con ellos, mientras los asistentes -con tapabocas, claro- intentan cumplir con sus precisas indicaciones.
A Dominik no le importan las imperfecciones o los desajustes. Puede aparecer un micrófono en cuadro, puede verse en el fondo a otro camarógrafo que está filmando lo mismo desde otra perspectiva, pero nadie puede negarle al realizador y a su talentoso director de fotografía irlandés Robbie Ryan la maestría a la hora de captar la magia de las interpretaciones en vivo, por más que en algún momento se excedan con las tomas circulares que intentan “envolver” esas performances. La autenticidad por sobre la prolijidad, lo confesional por sobre lo intelectual, el arte mayor por sobre las desgracias de un mundo en pandemia. Eso es lo que propone la insoslayable e inolvidable (reitero: para nosotros, los fans) This Much I Know To Be True.
Cómo y por qué suscribirse a OtrosCines/Club
Las suscripciones son la mejor manera para que las lectoras y los lectores apoyen directamente a los emprendimientos periodísticos independientes y ayuden a sostener un producto de calidad.
Gracias a un aporte de apenas 300 pesos mensuales (el costo de un café), que se debita de cualquier tarjeta vía Mercado Pago, las suscriptoras y suscriptores acceden cada viernes a primera hora a una cuidada y curada Newsletter con análisis de tendencias y cada miércoles reciben recomendaciones de películas y series en nuestro canal de WhatsApp.
Además, hay otros beneficios (como tres meses sin cargo en la plataforma de streaming MUBI), videoconferencias exclusivas e importantes descuentos para todos nuestros cursos y talleres.
Promoción: Quienes se sumen tendrán acceso sin cargo adicional a las últimas 20 newsletters exclusivas.
Para más información nos pueden escribir a OtrosCinesClub@gmail.com
Suscribirme
COMENTARIOS
-
SIN COMENTARIOS
DEJÁ TU COMENTARIO



FESTIVALES ANTERIORES
Críticas breves de tres valiosos films distinguidos por los jurados de sus respectivas secciones.
-Este sábado 12 de abril se entregaron en La Usina del Arte las distinciones de la vigésima sexta edición del festival porteño.
-LS83 obtuvo el Premio Ciudad de Buenos Aires al mejor largometraje nacional en todas las competencias.
-La virgen de la Tosquera logró el Gran Premio del Jurado de la Competencia Internacional; y Bajo las banderas, el sol, el de la Competencia Internacional.
Cierre de la trilogía iniciada con 36 horas (2021) y Cuando oscurece (2022).
El nuevo film de Seles ganó el Premio Especial del Jurado de la competencia dedicada a lo nuevo del cine nacional.