Festivales

Críticas de Competencia Internacional - #33MDQFilmFest

-Comenzamos la cobertura del 33º Festival de Mar del Plata (10 al 17 de noviembre) con reseñas de todas las películas que participan de la sección principal y aspiran a los premios que otorgará el jurado oficial conformado por María Alché, Maria Bonsanti, Valérie Massadian, Lluís Miñarro y Andrei Ujica.
-El cine iberoamericano tiene una amplia presencia en esta selección con las argentinas Muere, monstruo, muere y Vendrán lluvias suaves, la española Entre dos aguas, la uruguaya Belmonte y la brasileña Chuva é Cantoria na Aldeia dos Mortos.

Publicada el 29/10/2018

-Yara, de Abbas Fahdel (Líbano / Irak / Francia, 101') ★★★★✩

Tras avasallarnos con el inmenso documental Homeland (Iraq Year Zero), Abbas Fahdel parece darse un descanso de la no-ficción. La irrenunciable gravedad en la que se movía aquel “antes y después” de la invasión americana de su país natal, da paso en Yara a una exploración de la joie de vivre impregnada de resonante humanismo. En un remoto valle de Líbano –antaño rica, prolífica y abundante morada de una minoría cristiana–, campa a sus anchas la chiquilla que da nombre al film. Una joven que vive con su abuela, y que ocupa sus días entre juegos varios y el cuidado de un rebaño de cabras. La geografía del lugar, marcada por el carácter inaccesible de buena parte de los caminos que articulan la región, ha lastrado la prosperidad de la comunidad, pero a la vez se ha erigido en muro infranqueable para el progreso.

El ritmo al que se suceden los quehaceres de Yara nos hablan de un reposo y de un respeto hacia el entorno que llevaban largo tiempo desterrados de nuestras vidas. La observación de esta vida por parte de Fahdel se hace eco de estas mismas virtudes. En ocasiones, el objetivo flirtea con el efecto ojo de pez, como si la panorámica quisiera estirarse aún más, para así captar (y abrazar) todo lo que este territorio, y sus gentes, pueden ofrecer. En cierto sentido, Fahdel no renuncia al oficio de documentalista. La historia que nos cuenta está guionizada y su protagonista está inventada, pero tanto una como la otra surgen, de forma natural, de una realidad a reivindicar. Lo atípico del estudio etnográfico adquiere tintes de coming of age, condicionado por las necesidades del cuerpo, y no por los tics dramáticos de la ficción. Prohibidas esas notas de piano de fondo que enfaticen el dolor; la única banda sonora posible aquí es la del sonido ambiente. Otro estímulo sensorial que despierta las ganas de reconciliarnos con tiempos más sencillos.

En este sentido, uno de los pocos conflictos que insinúa la película es rápidamente despachado por la abuela de Yara, una entidad que tiene muy poco de personaje y mucho de persona. Fahdel cierra la puerta a la confrontación con gracia y convicción, con fe en un género humano que, de repente, parece que sólo esté hecho para maravillarse con los gozos del descubrimiento. La joven Yara despierta, sale al exterior y, como quien no quiere la cosa, encuentra el amor. El director celebra con ella cada nuevo paso, pero también los tropiezos. De todo se aprende. La cámara sigue queriendo verlo todo, pero al mismo tiempo teme inmiscuirse. No quiere, para nada, perturbar la verdad de esta gente. Emociona ver a Abbas Fahdel contagiarse de la vida. Por el conocimiento de causa y por el respeto que siente hacia el objeto de estudio. Y por lo bien que trabaja con lo amateur, “moldeando” en vez de “dirigir”. Sin embargo, tras su aura armónica, Yara también guarda un lugar para la melancolía: la sospecha de un crepúsculo. Los pueblos por los que se mueve la chiquilla son ruinas de un pasado poco a poco borrado por las promesas (foráneas) del presente. Lo más seguro es que todo lo bueno se desvanezca… emigre. VÍCTOR ESQUIROL





-Cassandro el Exótico!, de Marie Losier (Francia, 73') ★★½

Crítica completa por Ezequiel Boetti



-If Beale Street Could Talk, de Barry Jenkins (Estados Unidos, 117') ★★★✩✩

El director ganador del Oscar con Moonlight / Luz de Luna eligió esta vez adaptar a James Baldwin, figura de gran importancia en la literatura norteamericana y la lucha por los derechos civiles de los años 60. If Beale Street Could Talk cuenta la historia de Fonny, condenado a prisión por un crimen que no cometió, y Tish, que está embarazada y lucha por liberar a su pareja, cuya voz narra en off toda la película. Una serie de flashbacks van construyendo cómo surgió y se desarrolló ese romance, además de narrar las circunstancias en las que Fonny fue detenido. 

Enamorado de la belleza, algo que ya sucedía en Moonlight con mejores resultados, Jenkins se ocupa de que cada plano la exalte. Por momentos sus actores parecen los protagonistas de campañas publicitarias, aunque la película no es superficial y tiene un contenido político. El film habla sobre el trato injusto de la policía hacia los negros, con el trasfondo de una Nueva York en la que el jazz y el arte en general estaban en plena ebullición. Más que resonar con los problemas e injusticias que aún sufre la población afroamericana en la actualidad, el planteo parece un poco esquemático y demasiado interesado en llevar su “mensaje”. 

Al mismo tiempo, el director insiste en que cada imagen sea "poética", pero la combinación termina siendo un tanto insatisfactoria. De todas maneras, la película es atractiva visualmente y consigue generar empatía con los personajes, en especial en las muy buenas escenas en las que participan las familias de la joven pareja. MARÍA FERNANDA MUGICA





-Belmonte, de Federico Veiroj (Uruguay / México / España, 75') ★★★✩✩

Crítica completa por Diego Batlle



-Chuva é Cantoria na Aldeia dos Mortos, de João Salaviza y Renée Nader Messora (Brasil / Portugal, 114') ★★★★✩

Del cine etnográfico a la mirada política, de la observación a la ficción pura, esta hermosa y desgarradora película narra las desventuras de Ihjãc, un adolescente indígena (pero ya padre de un bebé) de la comunidad Krahô, que vive en el norte de Brasil en condiciones precarias ante el arrasador avance del "progreso". El protagonista tiene pesadillas porque ha muerto su padre (un chamán) y tiene que concretar los rituales para que se vaya a descansar en paz y asumir sus responsabilidades. Pero, en vez, de enfrentar la situación, huye a una ciudad "blanca" y se niega a regresar.

Si todo daba para la estigmatización, la denuncia culpógena y el golpe bajo, los directores optan, en cambio, por un relato bello, honesto y respetuoso que funciona tanto a nivel de registro sobre la dinámica de los últimos pueblos originarios que mantienen sus costumbres como en su simple pero emotivo dispositivo ficcional. Premio Especial del Jurado en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2018. DIEGO BATLLE





-Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta (España, 135') ★★★★✩

Crítica completa por Diego Batlle






-In Fabric, de Peter Strickland (Reino Unido, 118') ★★★½

Los peligros de un sexy vestido rojo son inconmensurables en la nueva película de Peter Strickland (Katalin VargaBerberian Sound StudioThe Duke of Burgundy). La moda ofrece la fantasía de acceder a una vida mejor a través de una prenda con el poder de transformar a quien la viste. Partiendo de esa idea, Strickland crea una tienda de lujo con una excéntrica vendedora que abusa de un discurso poético para cerrar esas ventas que tienen otro objetivo que no es sólo comercial. Dentro de ese templo del glamour suceden cosas más que extrañas y el producto estrella es un vestido rojo que representa un enorme peligro para quien lo luce.

Strickland es un realizador posmoderno, que trabaja sobre una base de géneros y estilos cinematográficos del pasado a los que combina, desarma y vuelve a construir de una forma completamente original. El director británico es un estilista que cuida cada encuadre y combinación de colores pero también un fantástico manipulador que sabe utilizar las herramientas del cine para llevar al espectador a través de diversas sensaciones. El humor cumple un papel central pero no le quita peso a los caminos oscuros que recorre la película.

Después de una primera mitad delirante pero consistente con una lógica propia, el director sube la apuesta del absurdo y lo enigmático a un extremo que hace perder un poco el interés. El cierre del film es brillante y la sensación final, a pesar de los excesos o hasta la frustración que puede generar en el camino, es de satisfacción por estar frente a un cine que se arriesga y sorprende en cada escena. MARÍA FERNANDA MUGICA





-Muere, monstruo, muere, de Alejandro Fadel (Argentina / Francia / Chile, 109') ★★★½ 

Crítica completa por Diego Batlle + Entrevista al director





-What You Gonna Do When the World’s on Fire?, de Roberto Minervini (Italia / Estados Unidos / Francia, 123') ★★★★✩

Crítica completa por Ezequiel Boetti





-Vendrán lluvias suaves, de Iván Fund (Argentina, 81') ★★★½

Crítica completa por Diego Batlle



-A portuguesa, de Rita Azevedo Gomes (Portugal, 136') ★★★½

Rita Azevedo Gomes es una favorita de los cinéfilos argentinos desde que el BAFICI 2014 realizó un foco de su obra (Mar del Plata también exhibió algunos de sus trabajos). La directora de Frágil como el mundo, La venganza de una mujer y Correspondencias se arriesgó con la transposición de un texto clave de la obra literaria de Robert Musil sobre Herren von Ketten (Marcello Urgeghe), un noble en pleno conflicto con el Episcopado de Trento. Adicto a la guerra, busca una esposa fuera de las cortes y la encontrará en la portuguesa del título (Clara Riedenstein), quien se instalará en el castillo del norte de Italia. Su marido parte al campo de batalla y solo regresará -en condiciones bastante precarias- 11 años más tarde.

La película es de una belleza (cada largo plano general es digno de una obra pictórica) y una audacia (sobre todo en su sentido coreográfico) encomiables, pero también es de esos films parteaguas con una duración (136 minutos) y una exigencia que el impaciente público promedio actual no en muchos casos estará en condiciones de aceptar. Hay largos parlamentos de impronta teatral, momentos de canto (a cargo de la cantante y actriz alemana Ingrid Caven) y cada escena (desde una comida, un paseo o un baño) se extiende mucho (a veces demasiado).

La realizadora encuentra en esta esposa por encargo devenida en mujer rebelde y manipuladora una heroína más digna de estos tiempos que de las sumisas mujeres de las cortes de entonces. La fotografía de Acácio de Almeida es prodigiosa y el film nos remite al cine del maestro portugués Manoel de Oliveira y también a las experimentaciones históricas de Roberto Rossellini y Eric Rohmer. Rita Durão y Pierre Léon también aparecen en el amplio elenco de este ambicioso despliegue tanto visual como estilístico y narrativo. DIEGO BATLLE





-Skate Kitchen, de Crystal Moselle (Estados Unidos, 105') ★★★★✩

La directora de ese notable documental que fue The Wolfpack incursiona por primera vez en la ficción (aunque con un fuerte sesgo documental) en Skate Kitchen, acercamiento al grupo (homónimo) de skaters mujeres del Lower East Side neoyorquino. Más allá de la aparición en un papel secundario de Jaden Smith, son las verdaderas artistas de la patineta quienes debutan en el cine y le dan al film una autenticidad y una visceralidad infrecuentes.

Moselle y sus chicas se “apropian” de las calles de NYC y alrededores (la protagonista, Camille, interpretada con convicción por Rachelle Vinberg, es de Long Island) en un típico relato de iniciación (al deporte, a la adultez, al sexo), búsqueda de la identidad y comunión dentro de una tribu urbana. Los conflictos son básicos (Camille a sus 18 años se pelea con su madre divorciada, se va a vivir a lo de una amiga y luego discute con ella por un chico en común), pero están bien planteados y mejor resueltos.

Las escenas de las muchachas haciendo sus trucos o “surfeando” por las calles de Manhattan (bellamente filmadas y musicalizadas) recuerdan a otros exponente del subgénero (Gus Van Sant y Larry Clark incluidos), pero hay aquí hay también un valioso retrato coral, de estas chicas liberadas, empoderadas y virtuosas en lo suyo. Algunos podrán ver esta acumulación de skate veraniego, videos subidos a Instagram, porros, sexo casual y hip hop como un símbolo de la “juventud perdida”, pero la mirada de Moselle intenta no ser tranquilizadora ni horrorizada, sino lo más honesta posible. En buena parte del film lo logra con creces. DIEGO BATLLE


COMENTARIOS

  • 5/11/2018 18:00

    Se que no tiene nada que ver con el festival, pero leí por ahí del interés del director español Alex de la Iglesia de hacer la versión en cine de El Eternauta. Es solo un deseo del tipo, pero me asusta la idea de que un realizador así sea el que lleve a la pantalla grande una obra magistral de culto. Me gustaría que alguien con más prestigio y LOCAL se haga cargo. Se que Lucrecia Martel lo estuvo tanteando, pero no se animó. Ojalá cambie de opinión...

  • 2/11/2018 13:48

    Tuve la oportunidad de ver ayer Vendran lluvias suaves, y la recomiendo mucho. Es una aventura apocaliptica contada en forma minimalista, donde llama la atencion la espontaneidad de los niños para componer estos personajes.

  • 29/10/2018 15:19

    ¡Bien! por Maria Alché...

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