Festivales
Teddy Williams, del triunfo en el BAFICI a la Cinéfondation
Egresado de la FUC, el director de Arrepentirse, Alguien los vio, Tan atentos y la aún inédita ganó el Fondo Metropolitano, la Competencia de Cortos Argentinos del último BAFICI y participará en Cannes con su fascinante, climático, surrealista y apocalíptico Pude ver un puma.
Título en inglés: Could See a Puma
Director Eduardo "Teddy" Williams
Año: 2011
Formato: 35 mm
Color
Duración: 17'
Intérpretes: Nahuel Pérez Biscayart, Fernando Contigiani García, Juan Manuel Soler, Jerónimo Quevedo, Felipe Villanueva
Guión: Eduardo Williams
Fotografía: Manuel Bascoy
Edición: Eduardo Williams
Producción: Alexan Sarikamichian
Biografía: Eduardo "Teddy" Williams nació en Buenos Aires en 1987. Estudió dirección en la Universidad del Cine y, antes de graduarse, realizó el corto Arrepentirse (2006). Su cortometraje Tan atentos (2011) ganó el premio especial del BAFICI en el 9° Festival Internacional de Escuelas de Cine.
Entrevista con OtrosCines.com:
-Contanos
sobre tu carrera, tus antecedentes hasta llegar a este
corto...
-Estudié dirección de cine en la FUCI, dirigí
Tan atentos (se puede ver aquí) que ganó el premio del BAFICI en
el 9 Festival Internacional de Escuelas de Cine (FIEC) y por lo tanto fue
programado en el BAFICI 2011. Luego vinieron Alguien los
vio (se puede ver aquí) y Pude ver un puma, que
se dio en Belo Horizonte, donde ganó la mención de honor, en el festival de
cortos de Río de Janeiro, en Guadalajara, en la Antártida, en el BAFICI (mejor
corto con otros dos), y más adelante en Cinéfondation de Cannes, en
Curitiba (Olhar de Cinema), en Viena y en la Cinemateca Francesa). Tengo
también El ruido de las estrellas me aturde, que todavía
no terminé. Trabajé de muchas cosas, cuando era bastante chico en una productora
de publicidad, para juntar plata para Pude ver un puma, de
cadete y últimamente estuve colaborando con Diego Bianchi, un artista plástico
con el que me gusta mucho trabajar.
-¿Cómo tomaste el premio en el BAFICI y la selección para
Cannes?
-Tomé ambas cosas con gran felicidad, como muestras de
confianza de parte de un grupo de gente que se especializa en diferentes áreas
del cine, gente que ve miles de cortos y, entre todos ellos, elige por diversas
razones el tuyo. Lo más importante es que esto me puede ayudar a seguir
filmando, ya que cuesta mucho conseguir los recursos. Espero poder aprovecharlo
en ese sentido, para así desarrollar mis ideas que sólo puedo contar de esa
manera. Me llama la atención la repercusión de Cannes, que traspasa el ámbito
más cerrado del cine. Además de lo bueno de poder ver películas, me parece
increíble conocer otros países gracias a los festivales, una
excelente forma de aprender muchísimas cosas, ya que antes casi no había
tenido la posibilidad de viajar.
-¿Qué expectativas tenés a partir del viaje a Cannes y de
allí en más?
-Allí me voy a juntar con algunas personas de
residencias o algunos lugares para desarrollar proyectos, además de mostrar mi
corto nuevo que aun no terminé. Los chicos que conozco que han ido antes me
dicen que la gente de Cannes te trata muy bien, pero que no la pasaron tan bien
por el estrés de una situación que se puede poner un poco agobiante, pero bueno
me gustaría observar un poco ese mundo y poder disfrutarlo además de buscar
cosas concretas para nuevos proyectos. Además espero ver los otros cortos y
algunas películas. Después hay una proyección en la cinemateca francesa en
París, en el homenaje a la FUC y luego un festival en Vienna, Vienna Independent
Shorts, y otro en Curitiba. Me gustaría poder desarrollar un proyecto de largo,
ojalá que en alguna de las residencias o en otro lugar de arte contemporáneo de
Francia para desarrollar proyectos.
-¿Cómo fue el proceso del corto: la idea, la búsqueda narrativa y
estética, conseguir los recursos, el elenco,
etc.?
-La idea se fue armando de a poco a través de pensamientos
sobre cosas puntuales, sensaciones sobre otras, estructuras narrativas que me
interesan (cuando leí Todo el tiempo, de Mario Levrero, me
decidí a usar esa estructura de bloques aparentemente inconexos) y lugares y
situaciones que me pasaron (sueños que tuve, una terraza que visitaba mucho...,
etc.). Lo que me interesa es por un lado sugerir ciertos temas (cuando hablan de
las publicidades, del ritmo de charla cambiado por Internet, de las dimensiones
de las cosas en el último sueño...) que no se llegan a desarrollar por ser todo
muy corto pero que quedan planteados como parte del mundo que me interesa,
generar un clima con imágenes que atraigan desde lo visual y desde lo
misterioso, llevando adelante el relato de esa manera, a pesar de que no haya un
conflicto fuerte, que el cambio y la fuerza de las imágenes hagan que el
espectador esté ahí.
La estructura del corto la veo como una
canción, o una danza que va desde arriba hacia abajo, con muchas pequeñas caídas
en el medio. También me parece siempre importante la relación entre los
personajes y los lugares, cuando es más notorio es cuando están en el barrio
destruido (eso fue en Epecuén) y ellos actúan como si no lo vieran o fuera muy
cotidiano, entonces intento plantear la pregunta de si estamos viendo realmente
el mundo de ellos que es ese, o estamos viendo sus pensamientos (un poco se
asocia a lo que hablan de la publicidad, como mundo donde se encuentran un poco
solos y atacados por eso) o sus sentimientos, o todo. Intento con eso sugerir el
tema de si nosotros no estaremos también actuando como ellos, recorriendo un
mundo en destrucción sin hacer alusión a eso. La idea más que dar un mensaje es
plantear preguntas, desde los temas más concretos hasta los más sensoriales,
como también pasa al final cuando el chico se hunde en la tierra, algunos
piensan que muere, otros que va al centro de la tierra y otros nada. Hay
devoluciones de todo tipo, más concretas como esa y otras de gente que no
entendió mucho pero sintió cosas o se quedó con una sensación fuerte, eso es lo
que más me gusta a mí, aunque también está bueno dar la posibilidad de sentirse
atraído a quienes quieran entender y a quienes no lo necesiten. Para mí ese
final es más la expresión de un sentimiento que una acción concreta. Muchas
veces igual elijo la imagen por su fuerza y luego voy entendiendo los sentidos
que tiene.
El título por ejemplo, al igual que la frase inicial, lo
saqué de Zama, de Antonio Di Benedetto, pero luego cuando fui a
la selva en Misiones me di cuenta de la fuerza que tiene el hecho de sentir que
podés ver a un animal salvaje, el sentimiento de tanta atracción y de miedo a la
vez, que me parece muy bueno para el corto, me gustaría que quién lo vea sienta
algo similar a eso.
Los recursos los conseguí, como dije, trabajando de
cadete, pidiendo equipos en la facultad, con la ayuda de mis amigos que
trabajaron gratis y muchos favores de mucha gente que prestó auto, locación,
elementos, etc. Los actores los busqué por todos lados, Facebook, preguntando a
la gente que conocía y así. Busqué tanto chicos que nunca hayan actuado como
chicos con más o menos experiencia, así que mandándoles mail o contactándolos
por Facebook les fui contando cómo era. El día que
empezaba el rodaje y viajábamos a Epecuén uno de los actores llamó que estaba
vomitando y tuvimos que buscar uno nuevo ese mismo día, por suerte
salió todo bien.
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