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Cómo produce y qué tiene de novedoso el cine rumano

Publicada el 30/11/-0001
4 meses, 3 semanas y 2 días es un ejemplo contundente de cómo se produce hoy el nuevo cine rumano.

Con un costo de apenas 590.000 euros (una cifra insignificante para los actuales estándares del cine europeo, pero bastante ambiciosa para la austera industria rumana), esta segunda película de Cristi Mungiu -que fue producida por Mobra Films y Saga Film, con la financiación del Centro Nacional de la Cinematografía rumano y de la televisión pública de ese país, más las participaciones del Hubert Bals Fund del Festival de Rotterdam y de la compañía de ventas internacionales Wild Bunch- se concretó en tiempo récord: seis meses antes de su consagratoria première mundial en Cannes ni siquiera estaba terminado el guión.

En este sentido, nada mejor que recuperar los conceptos que Mungiu dio apenas recibió el máximo premio de la 60ª edición de Cannes: "Esta Palma de Oro es lo mejor que le puede suceder al nuevo cine rumano que se viene desarrollando desde hace algunos años. Aunque, sin los éxitos precedentes de mis colegas, sin dudas nunca habría sido seleccionado para la competición. Para esta película tuvimos que trabajar muy rápido, haciendo todo al mismo tiempo: la búsqueda de la financiación, la reescritura del guión, el casting. Somos nuestros propios productores, pero también nuestras propias secretarias, nuestros choferes... De este modo, desde la financiación hasta las condiciones de producción han influido en la historia y el resultado final de la película. Esta Palma de Oro, que para nosotros es más importante que los Oscar en términos de reconocimiento, nos da mucha confianza de cara al futuro, para seguir teniendo la fuerza para contar buenas historias".

Con una activa participación de la TV pública y el instituto de cine rumano, con una gran camaradería entre directores (que suelen participar en otras facetas en proyectos de otros colegas), con un grupo de notables actores, cuyos rostros se repiten de película en película, el cine rumano contemporáneo se parece, en muchos aspectos, al Nuevo Cine Argentino que explotó en el contexto internacional a fines de los años 90.

El circuito internacional de cine arte, se sabe, se maneja con tendencias y modas (a veces efímeras, caprichosas, injustas). Alguna vez le tocó a Irán, a Hong Kong, a Taiwán, a Corea del Sur, a Tailandia, a Argentina, a Uruguay, etc., etc.. Ahora, indudablemente, es el gran momento de Rumania.

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