Críticas

Estreno en salas y en streaming

Dos críticas de “Priscilla”, película de Sofia Coppola (MUBI)

-La directora de Las vírgenes suicidas (1999), Perdidos en Tokio / Lost in Translation (2003), María Antonieta: La reina adolescente (2006), Somewhere: En un rincón del corazón (2010), Adoro la fama / The Bling Ring (2013), El seductor / The Beguiled (2017) y En las rocas / On the Rocks (2010) adaptó el libro de memorias de Priscilla Presley y el resultado artístico de esta suerte de Lado B de la historia es fascinante.
-La protagonista, Cailee Spaeny, ganó el premio a Mejor Actriz en la Mostra de Venecia y fue nominada al Globo de Oro.
-En la Argentina el film llegó a 79 salas argentinas el jueves 28 de diciembre de 2023 y convocó a casi 40.000 espectadores..
-Desde el viernes 1 de marzo de 2024 está disponible en la plataforma de streaming MUBI.

Estreno 01/03/2024
Publicada el 29/02/2024

Priscilla (Estados Unidos-Italia/2023). Dirección: Sofia Coppola. Elenco: Cailee Spaeny, Jacob Elordi, Dagmara Dominczyk, Ari Cohen, Tim Post y Emily Mitchell. Guion: Sofia Coppola, basado en el libro Elvis and Me, de Priscilla Presley (con Sandra Harmon). Fotografía: Philippe Le Sourd. Edición:Sarah Flack. Diseño de producción:Tamara Deverell. Música: Phoenix. Distribuidora: BF Distribution. Duración: 113 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas. Salas de cine en Argentina (primera semana): 79.


(Publicada originalmente el 26/12/2023)

CRÍTICA 1, por Fernando E. Juan Lima

★★★★½

Referir a la exquisita sensibilidad de Sofía Coppola parece a esta altura casi una redundancia ¿Quién sino ella podía encontrar el tono para narrar la auto-construcción de ese gran personaje que es Priscilla Presley? El desafío de acercarse a una historia que todo el mundo en alguna manera conoce (o cree conocer) y respetar la mirada, el punto de vista, de su protagonista no es para cualquiera. Si tomamos en cuenta que, por acción u omisión, en pantalla o fuera de campo, la figura de Elvis es ineludible, la magnitud de la empresa y el desafío se agigantan.

La directora de Las vírgenes suicidas y Perdidos en Tokio construye una biopic que, sin constituir una subjetiva de su protagonista, adopta su punto de vista. La voluntad es menos juguetona que en María Antonieta, pero sin dudas su propuesta es más desafiante. Es que lo que decide contar la realizadora es el paso a la adultez, el crecimiento de Priscilla, desde el momento en que en Alemania, con algo menosde 15 años, conoce a Elvis, hasta su casamiento y separación. Y ello conlleva la necesidad de hacer foco en una parte de la historia habitualmente eludida por quienes no pueden escapar del influjo estelar de la gran e indiscutida estrella planetaria.

Meterse con una figura de estatura mitológica no es fácil. Como sucede en otro campo con Maradona, a Él todo se le perdona y los ojos se dirigen piadosamente hacia otro lado frente a los (perdón por el eufemismo) “deslices”. Desde el encuentro en la misión militar en Alemania donde la familia de ella y el propio Elvis están destinados, hay algo incómodo y no del todo dicho (salvo por el padre de Priscilla) en relación con la diferencia de edad. Como la mirada es la de Priscilla, el entusiasmo, el flechazo amoroso hace que ese elemento quede algo en penumbras frente a lo que es una búsqueda de libertad, de emancipación de la casa paterna, de lucha por el amor. Sin embargo, el tono sombrío que caracteriza la fotografía de la película adelanta esa incomodidad, esa impertinencia que con el paso del tiempo se irá profundizando, haciéndose más evidente. 



Sin estridencias, a medida que avanza la trama la manipulación muta en subestimación, y el maltrato psicológico se instala para dar lugar, incluso, a algún episodio de violencia física. Elvis (Jacob Elordi) ocupa casi tanto lugar en la pantalla como Priscilla (Cailee Spaeny), pero el punto de vista es el de esta última. El guion de Sofía Coppola se basa en el libro de Priscilla Elvis and Me, pero pone menos el acento en lo anecdótico, escapa al morbo de hacer foco en los asuntos que más comidillas han generado para seguir el proceso interno que lleva a Priscilla Beaulieu a transformarse en Priscilla Presley (construcción definitiva que la acompañará incluso luego del divorcio). A la directora no le interesa ese costado un poco estúpido que mide las biopics por cómo los actores y actrices “sacan” a los personajes. Lo suyo nada tiene que ver con la vacua imitación o la búsqueda de la mímesis. 

Esa decisión de no presentar a Elvis como el contendiente o enemigo, afecta aún más a su figura. No hay ensañamiento en la mirada, pero ni la natural empatía de Sofía Coppola con todo lo humano puede con esa sucesión de situaciones horribles que habitualmente se le perdonan al ídolo. A diferencia del Elvis de Baz Luhrmann, aquí la figura del Coronel sólo es una voz (que ni escuchamos) en el teléfono. No vemos a Elvis casi cantar (miran juntos una muy pequeña parte de su actuación televisiva o toca el piano en su casa) y sus inigualables movimientos sólo son esbozados, lo vemos practicando o de espaldas unos instantes en un show.

A Sofía Coppola no le hace falta alzar la voz para mostrar el lado B de la historia, esa que, pese a ser conocida, usualmente decide olvidarse. Lo más terrible y doloroso es que Priscilla es, también, una historia de amor



CRÍTICA 2, por Diego Batlle

★★★★✩

Ya sea en películas más contemporáneas (Las vírgenes suicidas, Perdidos en Tokio, Somewhere: En un rincón del corazón, Adoro la fama, En las rocas) o en historias más de época (María Antonieta: La reina adolescente, El seductor y ahora Priscilla), Sofia Coppola siempre da rienda suelta a sus obsesiones temáticas, estilísticas y visuales. Esas huellas autorales la han convertido en una directora seguida por fieles que la veneran como una artista que marca tendencias y cuestionada por aquellos detractores del capricho, el preciosismo y la frialdad en varias de sus obras.

Es probable que Priscilla no modifique de forma sustancial esa “grieta” cinéfila, pero para quienes seguimos sin fanatismos a la hija de Francis Ford su flamante opus se ubica entre los mejores films de una carrera que ya lleva casi un cuarto de siglo (estrenó su ópera prima Las vírgenes suicidas en el Festival de Cannes cuando tenía 28 años recién cumplidos y hoy tiene 52).

Quienes esperen una biopic tradicional ya sea por lo didáctico de su desarrollo o lo descarnado de su entramado dramático pueden salir algo decepcionados, pero Sofia Coppola ofrece como contrapartida un imponente despliegue de los más bellos recursos formales del séptimo arte, un lenguaje cinematográfico orgánico y depurado, un espíritu de época que contagia y -mérito no menor- logra de la relativamente desconocida Cailee Spaeny (vista en películas como La voz de la igualdad / On the Basis of Sex y series como Mare of Easttown) una actuación consagratoria llena de matices y sutilezas en el papel de Priscilla Ann Beaulieu Wagner, más conocida como Priscilla Presley (estuvo casada con “El Rey” entre 1967 y 1973).

La Priscilla de Sofia y Cailee, dueña absoluta del punto de vista, es víctima y heroína a la vez, una joven inocente de familia conservadora (la película arranca en una base militar en la Alemania de 1959 cuando ella tenía apenas 14 años) que se fascina y enamora primero de Elvis, pero luego empieza a ser cada vez más controlada, dominada, manipulada, abandonada, engañada y encerrada por el astro y su entorno (la mansión Graceland surge en ese sentido como una cárcel de lujo con un perrito como toda compañía). En ese progresivo proceso de empoderamiento, de independencia, en el grito rebelde y liberador de ella, conviven varios elementos recurrentes en el cine de una directora que no necesita subrayar ni bajar línea para que quede expuesta su empatía hacia una mujer que a su manera se rebeló contra los dictados del machismo imperante.



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COMENTARIOS

  • 24/03/2024 0:47

    Asco de película, deja a Priscilla como una mártir

  • 4/01/2024 0:24

    Coppola lo cubre el suficiente talento para no realizar una pelicula musical convencional. Pero tambien cae en altibajos que no puede remidiar. Es un largo, bastante largo en algunos aspectos. Si se puede valorar el sometimiento que le realiza Elvis, guardandola como una muñequita de porcelana con un perrito para su entretenimiento. Si le falta dar señales de Elvis, quien fue un personaje de los bajos fondos, adicto y manejado por el extraño coronel. . Muy buena interpretacion

  • 1/01/2024 23:42

    Las historias de estrellas de rock en el cine no constituyen ninguna novedad. Cuando en 1989 se conoció BOLAS DE FUEGO, inspirada en la vida del gran músico JERRY LEE LEWIS (1935-2022), hubo un gran despliegue de canciones en recitales en la película sumado a una historia paralela del escandaloso romance entre el cantante y su prima menor de edad que terminó destruyendo su carrera. Como relevo de ese liderazgo apareció hacia fines de la década de1950 el fenómeno musical de ELVIS PRESLEY (1935-1977) pero esta vez no sucedió lo mismo porque si bien ELVIS se enamoró en 1959 de una joven de sólo 14 años llamada PRISCILLA BEUALIEU, tomó la decisión, por su formación religiosa y por las dudas, de respetar su virginidad hasta la noche de bodas en 1967. Quienes busquen en PRISICLLA una película con muchos números musicales, mucho sexo de ELVIS y chismes estilo Hollywood van a frustrarse porque la talentosa e inteligente directora SOFÍA COPPOLA (n. 1971) toma la decisión de basarse en un libro de PRISCILLA PRESLEY para utilizar el 80% del tiempo para el período 1959-1967, centrándose en la mirada de PRISICLLA que se convierte literalmente en un objeto de colección de un astro depresivo, con delirios místicos adicto a la bebida y a las drogas que su vez es prisionero de un manager llamado «El Coronel» al que en la reciente película sobre ELVIS interpretó Tom HANKS PRISCILLA, sin ser una gran película, se celebra por no caer en los lugares comunes de las biografías que se han hecho en los últimos años y por el carisma de la actriz CAILEE SPAENY (n. 1988) que actúa muy bien.(7/10)

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