Festivales
Las 21 críticas de la Competencia Oficial
Por Diego Batlle, desde Cannes
La 69ª edición del principal festival del mundo presenta una imponente selección de directores consagrados en la lucha por la codiciada Palma de Oro: Pedro Almodóvar, Olivier Assayas, los hermanos Dardenne, Bruno Dumont, Jim Jarmusch, Ken Loach, Park Chan-Wook, Cristian Mungiu, Xavier Dolan y Paul Verhoeven, entre otros, pero también a una generación más reciente y sin tantos antecedentes en la sección principal como la que integran el francés Alain Guiraudie, el rumano Cristi Puiu, la alemana Maren Ade y el brasileño Kleber Mendonça Filho.
-I, Daniel Blake (Reino Unido, 100'), de Ken Loach ★★★✩✩
Otra película sobre un pequeño héroe de la clase trabajadora y sobre una madre soltera con niños en condiciones vulnerables. Otra cuestionadora mirada a la falta de trabajo, la burocracia estatal y la insensibilidad del poder. Los críticos más cínicos y radicales se burlan de Loach. Yo vi gente llorando a mares a mi alrededor en la sala. ¿Que es demasiado obvio? ¿Que se repite? ¿Que el final es una bajada de línea cercana al golpe bajo? Puede ser, pero el viejo Ken -consecuente y lúcido como es- sigue diciendo (mostrando) conflictos que muchos europeos no quieren ver. Sus personajes son nobles y queribles, sencillos y bienintencionados. A algunos les puede molestar cierta demagogia y simplificación de la propuesta, pero I, Daniel Blake funciona bien sobre caminos previsibles. Dave Johns está impecable como ese viudo con problemas coronarios y dificultades para encajar en estos tiempos modernos donde todo se hace online. Es como Loach y su guionista Paul Laverty, cuyo discurso puede sonar demodé (yo creo que sigue siendo necesario), pero mantienen una coherencia que no muchos colegas jóvenes pueden exhibir.
-The Salesman (Forushande) (Irán, 125'), de Asghar Farhadi ★★★½
El director de La separación (Oso de Oro en Berlín 2011) y de El pasado (Mejor actriz para Bérénice Bejo en Cannes 2013) volvió a Irán para rodar la historia de una pareja de actores que debe abandonar de urgencia su departamento por las grietas que amenazan con derrumbar el edificio. Ambos se instalan provisoriamente en una nueva casa mientras ensayan para el inminente estreno de una obra de teatro. Un día ella deja abierta la puerta del hogar pensando que es su marido el que ha tocado el timbre y está subiendo, pero es atacada por un desconocido mientras se ducha. El protagonista -además docente secundario- se obsesiona con investigar el caso hasta las últimas consecuencias. Drama moral con tempo de thriller sobre la venganza, la culpa y las miserias humanas (sobre cómo un hecho fortuito puede desmoronar el equilibrio emocional y la vida en general de una persona), The Salesman no llega al extraordinario nivel de About Elly y La separación, pero es un regreso a la solidez, la profundidad y la inteligencia de Farhadi, bien acompañado aquí por dos de sus intérpretes fetiches: Shahab Hosseini y Taraneh Alidoosti.
-The Neon Demon (EE.UU.-Dinamarca, 117'), de Nicolas Winding Refn ★½
O nos equivocamos mucho cuando elogiamos Driver, o Refn se fue para cualquier lado ganado por su ego gigantesco y su preciosismo formal cada vez más insustancioso. Elle Fanning (buena actriz sometida a todo tipo de desatinos aquí) es una adolescente huérfana de 16 años que llega con lo puesto a un motel de Los Angeles y pronto se convertirá en un ícono del mundillo más exclusivo, extravagante y miserable de la moda (fotógrafos, diseñadores y modelos son toda gente despreciable). Los planos son uno más imponente que el otro, pero a la fascinación inicial por la composición de cada cuadro y por el despliegue sonoro/musical de Cliff Martínez le llega luego la irritación por la banalidad, la frialdad y la arrogancia de una propuesta que, a pesar de sus excesos sangrientos (canibalismo incluido), terminó siendo un ejercicio de virtuosismo formal para una propuesta artificiosa y vacía. Nadie se salva: ni Fanning, ni Keanu Reeves, ni Jena Malone, ni Christina Hendricks... El danés juega a ser David Lynch, pero The Neon Demon no es Mulholland Drive ni Twin Peaks. Es un ejercicio de petulancia y capricho artístico insalvable e insostenible.
-The Last Face (EE.UU., 131'), de Sean Penn ★✩✩✩✩
Dos hermosas estrellas (Charlize Theron y Javier Bardem) se aman y luchan para salvar al mundo del hambre y la violencia étnica con insufrible música épica de Hans Zimmer de fondo y “bellísima” (horrible) fotografía de Barry Ackroyd con predilección por imágenes de niños y cuerpos mutilados en campos de refugiados en Sudán, Sierra Leona y Liberia. Sí, este despropósito políticamente correcto y aleccionador (y ridículo por donde se lo mire) llegó a la Competencia Oficial de Cannes, cuando a lo sumo podía ser el preámbulo de una cena de gala benéfica para millonarios con culpa. En la película todo esta mal: las actuaciones, el casting, los diálogos, la estética, el tono, el voluntarismo, la (torpe) imitación de Terrence Malick... Sean Penn ha hecho uno de los mayores papelones que se recuerden.
-Bacalaureat (Graduation) (Rumania, 127'), de Cristian Mungiu ★★★✩✩
Premiado ya dos veces en Cannes por 4 meses, 3 semanas, 2 días (ganadora de la Palma de Oro en 2007) y Más allá de las colinas (Mejor Guión y Actriz en 2012), el director rumano describe las desventuras de un médico en crisis con su esposa que está obsesionado con que su hija apruebe los últimos exámenes y pueda aprovechar así una beca para estudiar en Londres (reniega de la sociedad de su país). Pero, al mejor estilo Después de hora, de Martin Scorsese, todo empezará a salirle mal a él y a sus seres queridos: la adolescente es agredida sexualmente, su esposa está deprimida y quiere el divorcio, su anciana madre tiene problemas de salud, al protagonista le rompen los vidrios de su casa y del auto, atropella a un perro, unos fiscales investigan un caso de corrupción que podría salpicarlo y sigue la lista...
Graduation tiene una solidez narrativa y actoral que a esta altura no sorprende en el marco del nuevo cine rumano, pero la acumulación de infortunios y miserias personales parece desmedida en el escaso tiempo en el que transcurre la historia. Ya había quedado claro que Mungiu quería demostrar que estos tiempos modernos de la Rumania poscomunista (capitalista) no son precisamente los mejores. Con un guión demasiado calculado, forzado y recargado, termina por minimizar los hallazgos de puesta en escena y la habitual solvencia de los intérpretes. No está mal, pero podría haber estado mucho mejor.
-La Fille Inconnue (Bélgica, 113'), de Jean-Pierre Dardenne & Luc Dardenne ★★★✩✩
Ganadores de la Palma de Oro en dos oportunidades por Rosetta (1999) y El niño (2005), los hermanos belgas Luc y Jean-Pierre Dardenne presentaron este año una película menor dentro de su filmografía, pero -claro- sólida y valiosa en el contexto general del cine contemporáneo. La ascendente Adèle Haenel interpreta a Jenny, una médica que trabaja en un centro de salud y, justo cuando está por pasarse a un equipo profesional en un ámbito mucho más prestigioso, se entera de que una joven africana a la que no llegó a atender porque había pasado su horario, fue asesinada. La protagonista se obsesiona con el caso cual si fuera una detective, al punto de poner en riesgo su seguridad, ya que en el mismo están implicados unos cuantos “pesados” (de hecho, en un momento la policía le recomienda no seguir avanzando y dejarles el tema a ellos).
Impecable en su factura (con esos notables planos-secuencia que son desde siempre su sello y han influido en tantos otros realizadores), esta exploración del compromiso, la culpa y las diferencias de clase entregó, sin embargo, muchas menos facetas y matices que en sus trabajos anteriores. Lúcida y rigurosa, cuestionadora y atrapante, pero también más esquemática y subrayada que los mejores films de esta dupla que ya tiene asegurado un lugar de privilegio en la historia del cine. No tienen nada más que demostrar y, esperemos, todavía mucho para dar.
-Ma'Rosa (Filipinas, 110'), de Brillante Mendoza ★★½
Sus películas pasaron por Venecia, Locarno y -en varias oportunidades- por Cannes, donde incluso ganó en 2009 el premio a la mejor dirección por Kinatay. Brillante Mendoza es, sin dudas, un director valioso, con una mirada propia y, sobre todo, con un estilo personal que consiste en seguir muy de cerca a sus personajes por las angostas, ruidosas y atestadas calles de los barrios populares. Había en un principio algo embriagador en ese retrato vertiginoso y documentalista de la gente común, pero con el tiempo ese impacto inicial se fue esfumando y la propuesta a esta altura ya se torna demasiado reiterativa. En este caso, el realizador filipino sigue a una mujer que maneja un almacén, pero que en verdad es la fachada para el tráfico de metanfetamina. Un vecino la denuncia y ella y su marido son detenidos por la policía. Policía que es tan o más corrupta que los dealers y les exige una fortuna (y delaciones varias) para soltarlos. Así, los hijos del matrimonio deberán pedir plata a parientes, amigos y clientes para lograr el objetivo. La descripción es, por supuesto, sórdida y presenta un estado de las cosas desolador sobre la Filipinas de hoy. Todo es decadente, violento, patético, cruel, amoral. Feos, sucios y malos. Más (o diría menos) de lo mismo. En mi caso, hasta que no busque nuevos rumbos, mi fascinación por Brillante Mendoza ya es cosa del pasado.
-Personal Shopper (Francia, 105'), de Olivier Assayas ★★★✩✩
Más allá de que algunas de sus películas son más “intelectuales” y/o intimistas, a Assayas siempre le han interesado los géneros (Clean, Demonlover, Irma Vep, Boarding Gate y Carlos, por nombrar algunos títulos). Tras El otro lado del éxito (Clouds of Sils Maria), el director francés vuelve a trabajar con Kristen Stewart. Si en el film de 2014, la ex Crepúsculo hacía de asistenta de Juliette Binoche, aquí es la personal shopper del título; es decir, la encargada de comprarle ropas y joyas por toda Europa (puede tomarse un tren a Londres, Milán o París para conseguirle un vestido o un collar) a una celebridad narcisista.
El largometraje arranca con Maureen (Stewart) entrando a una casona vacía y aislada donde no tardará en oir ruidos extraños y a tener visiones particulares. Su hermano acaba de morir ¿Es él quien se quiere comunicar con ella? La película propone un tono absolutamente realista, pero con irrupciones fantásticas que la acercan al espíritu del subgénero de fantasmas. Lo sobrenatural, de todas formas, son apenas unos insólitos chats telefónicos y, de vez en cuando, unas luces que se mueven o una taza que se quiebra. No, Assayas no hizo Actividad paranormal 157.
Personal Shopper es fascinante, misteriosa e inquietante hasta su media hora final, cuando al realizador francés claramente se le escapa la tortuga, no sabe cómo terminarla y somete a Stewart a situaciones muy cercanas al ridiculo que la talentosa actriz sobrelleva con una entereza y unos recursos expresivos encomiables. Más allá de lo frustrante del desenlace, el film claramente no mereció la andanada de abucheos que le prodigaron muchos acreditados en la función de prensa. Algo fallida, es cierto pero llena de riesgo, de ideas y de momentos subyugantes.
-Loving (EE.UU., 123'), de Jeff Nichols ★★★½
El director de Shotgun Stories, Atormentado, Mud y Midnight Special reconstruye la historia real de Richard y Mildred Loving (Joel Edgerton y Ruth Negga), una pareja interracial que se casó y tuvo tres hijos en la conservadora y represiva Virginia de fines de la década de 1950. Sentenciados a prisión y luego -para evitar la cárcel- obligados a abandonar el estado si no aceptaban anular el matrimonio, siguieron luchando (con la ayuda de varias organizaciones ligadas al movimiento por los derechos civiles) y su caso llegó hasta la Corte Suprema.
Más allá de que pueda ser leída como una apuesta algo oportunista, políticamente correcta e inevitablemente didáctica y aleccionadora (con un uso subrayado de la música y carteles finales que nos explican qué ocurrió después), Nichols mantiene aquí buena parte de la intensidad psicológica, visual y narrativa de sus trabajos previos con el aporte de notables intérpretes. Un film que seguramente dará mucho que hablar de aquí hasta la temporada de los premios de comienzos del año próximo, probablemente con más de una nominación al Oscar.
-Mal De Pierres (From the Land of the Moon) (Francia, 120'), de Nicole Garcia ★★½
La directora de El adversario, Place Vendôme, El hijo preferido y Selon Charlie contó con la estrella local Marion Cotillard para este melodrama clásico (basado en una exitosa novela) que sigue veinte años en la vida de Gabrielle, una joven de espíritu libre y poco atada a las rígidas convenciones y estructuras de la sociedad francesa de posguerra. La presión familiar hace que se case -sin amor- con José (Alex Brendemühl, protagonista de Wakolda), un exiliado que ha escapado de la Guerra Civil Española, pero durante una estancia en un spa donde recibe un tratamiento para poder concebir un bebé, conoce y se enamora de André (Louis Garrel).
La película -típica exploración de un triángulo amoroso, los desengaños, los sacrificios, la culpa, la pasión contenida y esas cartas románticas que nunca llegan a destino- va y viene entre las décadas de 1940 y 1960 con una belleza formal que no alcanza a disimular ciertos lugares comunes del género. Se trata de una película que, en otro contexto (un estreno comercial de un jueves), se vería con cierto agrado. En la Competencia de Cannes (sobre todo en la muy buena de este año), aparece como una elección muy poco arriesgada.
-American Honey (Reino Unido, 162') Andrea Arnold ★★★✩✩
La británica Andrea Arnold (Red Road, El rebelde mundo de Mía, Cumbres borrascosas) incursionó por primera vez en el cine estadounidense con American Honey y contó como heroína con la desconocida Sasha Lane (toda una revelación). Se trata de una road-movie iniciática por la América profunda (se rodó en Missouri, Nebraska Oklahoma, Iowa y Dakota del Norte) con claros ecos de la obra de Gus Van Sant, Harmony Korine, Larry Clark y Kelly Reichardt en la que el personaje de Star se suma a un grupo de adolescentes que recorre distintas ciudades vendiendo suscripciones de revistas. Mientras viajan en camioneta, paran en moteles y se cruzan con los más patéticos personajes, descubren el sexo, las drogas, la música (el soundtrack es notable) y los excesos de todo tipo.
Arnold trabaja con mayoría de actores no profesionales, aunque uno de los protagonistas es nada menos que Shia LaBeouf. American Honey tenía todos los elementos -empezando por el indudable talento de la directora- para ser una gran película, pero sus reiteraciones, su exagerada duración (casi tres horas) y una mirada demasiado romántica, cool y pintoresquista conspiran contra el resultado final.
-Agassi (The Handmaiden) (Corea del Sur, 145'), de Park Chan-Wook ★★★✩✩
El celebrado director de JSA: Zona de riesgo, Sympathy for Mr. Vengeance, Oldboy: Cinco días para vengarse, Lady Vengeance, Thirst y Lazos perversos regresó a la Competencia de Cannes con The Handmaiden, película ambientada en la década de 1930, durante la ocupación japonesa. Una atractiva muchacha llega a una mansión de una heredera nipona para trabajar como criada. En principio, ella está asociada con un embaucador que se hace pasar por conde, pero la narración -dividida en tres partes- tiene muchas vueltas de tuerca.
Película sobre la locura, el erotismo, la pasión (hay muchas escenas sexuales entre las dos mujeres) y las traiciones cruzadas, The Handmaiden regala todo el precisosismo y virtuosismo para la puesta en escena, el encuadre y la iluminación que son el sello del realizador surcoreano y -sobre el final- se reserva algunos excesos de violencia sádica en la línea de sus trabajos anteriores. De todas maneras, la película deja la sensación de extenderse bastante más de lo conveniente (dura dos horas y media que se sienten) y de cierto regodeo y estilización que conspiran contra la solidez y potencia del relato.
-Ma Loute (Slack Bay) (Francia, 122'), de Bruno Dumont ★★★½
Ma Loute es una tragicomedia negrísima y de estructura coral ambientada en un pueblo costero del norte de Francia en 1910. Aunque menos divertida que su genial miniserie P'tit Quinquin, la nueva película del director de Fuera de Satán y Camille Claudel 1915 está llena de ideas y de búsquedas estéticas y narrativas que la convierten en un trabajo en varios pasajes fascinante.
El realizador de Entre la fe y la pasión trabajó tanto con intérpretes consagrados (Juliette Binoche, Fabrice Luchini y Valeria Bruni-Tedeschi) como con no-actores de rostros exóticos (la fusión no siempre funciona) para una película barroca y absurda que aborda las diferencias de clases (por un lado está una disfuncional familia burguesa y por el otro una violenta que se gana la vida recogiendo mejillones) y trata temas extremos como el canibalismo, el incesto y una larga lista de excesos y perversiones. Además, en el lugar aparecen dos detectives que remiten al Gordo y el Flaco que investigan una serie de desapariciones.
Con un tono alejado por completo del naturalismo (los actores se mueven de manera grotesca y gritan con un exagerado acento propio de la época y de la zona de Lille), Dumont apuesta por un delirio que no se detiene jamás, al punto que los personajes aparecen literalmente volando.
Al igual que Rester vertical, de Alain Guiraudie, presentada 24 horas antes, Ma Loute demuestra que este año el director artístico Thierry Frémaux apostó por el riesgo incluso en la selección francesa. Si bien Dumont -quien en agosto comenzará a rodar Jeanette, un musical sobre la figura de la heroína Juana de Arco, y además ya prepara la segunda temporada de P'tit Quinquin- no es nuevo en Cannes (ganó la Cámara de Oro con su ópera prima La vida de Jesús y luego fue premiado también por La humanidad y Flandres), su regreso a la competencia oficial después de varios años resultó otro hallazgo del equipo de selección.
-Rester Vertical (Staying Vertical) (Francia, 100'), de Alain Guiraudie ★★★★✩
Rester Vertical significó el ascenso del siempre provocativo Alain Guiraudie a la Primera División de Cannes. Tras presentar películas en la Quincena de Realizadores como Le Roi de l'évasion y ser premiado en Un Certain Regard con El desconocido del lago, llegó a la sección principal con Rester Vertical, desconcertante y a la larga fascinante tragicomedia sobre esos típicos perdedores (siempre al borde del patetismo, pero finalmente queribles) que conforman su cine.
Con algo del humor absurdo y la desolación del cine de Bruno Dumont, Todd Solondz y Aki Kaurismäki, Guiraudie narra las desventuras de Leo (Damien Bonnard), un guionista y director sin demasiada inspiración que recorre la campiña del sur, se obsesiona con unos lugareños y se enamora de una pastora de ovejas, con quien tendrá un bebé que luego quedará a su exclusivo cuidado (la paternidad es uno de los temas que recorre el film).
La película va desde la road-movie más terrenal hasta un final mítico, con reminiscencias bíblicas. Un antihéroe lleno de contradicciones y en caída libre, personajes que están siempre en los bordes, imponentes lobos y situaciones extremas (desde sexo explícito hasta el suicidio asistido) tratadas con absoluta libertad y sin solemnidades conforman el universo único de uno de los directores más personales del cine francés.
-Sieranevada (Rumania, 173'), de Cristi Puiu ★★★★✩
Algo similar a lo de Guiraudie ocurrió con Cristi Puiu, quien -luego de presentar Stuff and Dough en la Quincena de Realizadores y La noche del señor Lazarescu y Aurora en Un Certain Regard- fue “promovido” a la lucha por la Palma de Oro con Sieranevada (así, como pronuncian los rumanos Sierra Nevada), película que, claro, dividió en dos a la prensa: cinéfilos extasiados vs. cronistas irritados.
El film -construido con larguísimos planos secuencias con la cámara siguiendo a los personajes pero siempre desde una posición fija- describe durante tres horas y casi en tiempo real el (des)encuentro de un grupo familiar, durante el cual aflorarán el dolor por una reciente muerte, las diferencias generacionales, ideológicas (los comunistas contra los monárquicos) y religiosas, mientras entran y salen de escena (hay algo teatral en la propuesta) decenas de personas, se cocina, se discute sobre política internacional y se sacan los trapos más sucios al sol.
Puiu elude a pura inteligencia y virtuosismo las trampas del costumbrismo, ofrece un panorama amplio, crudo y desgarrador sobre la realidad de su país, y le saca todo el jugo posible a un grupo de brillantes actores capaces de sintonizar a la perfección con su ambiciosa propuesta narrativa. Otro magnífico exponente del por ahora inagotable nuevo cine rumano.
Comentadas aparte (cliquear en el título):
-Toni Erdmann (Alemania, 162'), de Maren Ade ★★★★½
-Paterson (EE.UU., 113'), de Jim Jarmusch ★★★★½
-Julieta (España, 96'), de Pedro Almodóvar ★★★½
-Aquarius (Brasil, 140'), del Kleber Mendonça Filho ★★★★½
-Juste La Fin Du Monde (It's Only the End of the World) (Francia-Canadá, 95'), de Xavier Dolan ★★½
-Elle (Francia-Holanda, 130'), de Paul Verhoeven ★★★★½
Jurado: George Miller (presidente), Arnaud Desplechin, Kirsten Dunst, Valeria Golino, Mads Mikkelsen, László Nemes, Vanessa Paradis, Katayoon Shahabi y Donald Sutherland.
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Y ganó Loach. Y no es demagogia, pebete, es coherencia de vida, de pensamiento de estar del lado que vale la pena estar en esta vida. De los que hacen, de los que piensan, de los que emocionan. Felicidades, maestro!
Bueno, parece que ha sido una competencia con genialidades y horrores, obras maestras y basuras, por lo menos no han dejado a nadie indiferente. Gran cobertura de todo el equipo incluidos los blogs de Lerer, Koza y Manu Yañez
Pues el 90% de las otras críticas opinan TODO lo contrario de lo que escribiste así que las que mas critiques las ire a ver y las que mas alabes las dejaré pasar jajaja
Seanne, deberías saber que Loach no es del gusto de Batlle. A pesar de que el british es un pionero en el uso de no-actores, algo que él aprecia con devoción. Películas como Kes, Raining drops, Lady Bird Lady Bird, My name is Joe, The wind that shakes de barley, Tierra y libertad, La canción de Carla, La parte de los ángeles, etc. etc, etc, no tienen nada que hacer, por ejemplo, al lado de Jauja. Por lo pronto duran bastante menos.
Diego, gracias por el enlace, efectivamente me habia referido a un comentario hecho en Twitter.
Seanne: no sé dónde habrás leído aquí sobre la supuesta mediocridad de la película de Loach porque no está comentada. Quizás fue alguna charla en redes sociales. No he visto el film, probablemente era una referencia a los puntajes que están relevando Todas Las Crítica y Micropsia, donde tiene un promedio de 4,79/10 y ninguna calificación por arriba de los 6 puntos. Te dejo el link: http://www.todaslascriticas.com.ar/cannes/2016
Estoy algo sorprendido por tu comentario acerca de la supuesta mediocridad del film de Loach, lei no menos de 7 criticas que la colocan a la altura de sus mejoras obras y como dato ilustrativo,su puntaje en Rotten Tomatoes es 7.7