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Crítica de “Café Society”, de Woody Allen, con Jesse Eisenberg y Kristen Stewart
La 47ª película del incansable director (12ª que presentó en Cannes y 3ª que inauguró el prestigioso festival) lo lleva a terrenos conocidos (el mundo del cine y el jazz, Nueva York y Los Angeles, las familias judías, los triángulos afectivos, las infidelidades, los desengaños amorosos), pero en este caso consigue una leve, luminosa, ligera y encantadora comedia romántica ambientada en la segunda mitad de la década de 1930. Eisenberg y Stewart -la misma pareja de la notable Adventureland: Un verano memorable, de Gregg Mottola- se lucen a puro carisma, al igual que el formidable director de fotografía Vittorio Storaro.
Café Society (Estados Unidos/2016). Guión y dirección: Woody Allen. Elenco: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Steve Carell, Blake Lively, Corey Stoll y Parker Posey. Fotografía: Vittorio Storaro. Edición: Alisa Lepselter. Diseño de producción: Santo Loquasto. Distribuidora: Energía. Duración: 96 minutos. Apta para mayores de 13 años.
¿Que tiene algo de déjà-vu? ¿Que ofrece una mirada idealizada del Hollywood de los grandes estudios? ¿Que por momentos puede resultar demasiado inocente y hasta algo ñoña? Puede ser, pero aun con esos u otros reparos/cuestionamientos, Café Society es uno de los films más disfrutables del Woody reciente. Y también uno de los más sofisticados y cuidados en términos narrativos y visuales.
Es como si este primer trabajo de su carrera en digital y con el director de fotografía italiano Vittorio Storaro (ganador de tres premios Oscar por Apocalipsis Now, Reds y El último emperador) le hubiera insuflado nuevos ánimos al ya octogenario realizador. Así, las múltiples y masivas escenas de fiestas y bailes a-la-El gran Gatsby (hay bastante de F. Scott Fitzgerald en la película) tienen una belleza y elegancia notables, sostenidas también en el excelente diseño de producción y reconstrucción de época de Santo Loquasto.
Con una estructura de novela con el propio Woody Allen adoptando la voz del autor/narrador, Café Society sigue las desventuras de los distintos personajes de una familia judía del Bronx. La historia transcurre tanto en la Los Angeles de los grandes estudios (el tío Phil Stern que interpreta Steve Carell es un poderoso agente de la industria) como en Nueva York (donde Corey Stoll encarna a Ben, un mafioso digno de las películas de Martin Scorsese que regentea el popular club nocturno del título). Entre esos dos mundos aparecen los protagonistas, Bobby (Jesse Eisenberg, otra vez como perfecto alter-ego del director), hermano de Ben y sobrino de Phil, y Vonnie (Kristen Stewart), secretaria de la agencia que lidera el personaje de Carrell.
El director de Manhattan, Zelig y Annie Hall: Dos extraños amantes apela a su costado más lúdico y romántico para una película que hasta en sus aspectos más despiadados (las miserias de Hollywood, la violencia sádica de los mafiosos o la crueldad de ciertas mentiras) siempre tiene un tono leve y tranquilizador, con una broma siempre lista y unas alegres melodías de jazz de fondo.
Así como los hermanos Coen hace poco en ¡Salve, César! Woody (se) regala unos cuantos homenajes cinéfilos a la era dorada de los estudios de Hollywood, se ríe de sus raíces judías y consigue -otra vez- notables actuaciones (uno se cree cada uno de los cambios, las perplejidades, las desilusiones de Eisenberg y de ese diamante que es Stewart).
A esta altura uno da por sentados muchos de los logros del cine de Woody, pero lo que este director consigue año tras año en cada una de sus películas es algo que muchos otros colegas no alcanzan en toda su carrera. Así, aunque podamos decir que Café Society es “una más” de Allen, se trata de un reencuentro decididamente feliz.
Aquí otra crítica del film en OtrosCines/Europa
Y una más en Micropsia
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Como cada para año para esta fecha, y después de haber producido su estreno mundial en el Festival del Cine de Cannes en mayo pasado, llega a nuestras pantallas el "opus 46" de Woody Allen. "Café Society" es una de sus comedias más puras e inteligentes. Como lo ha hecho en los últimos años, de acuerdo a sus características narrativas, podría decirse que se inscribe en la línea de sus "comedias azarosas", aquéllas donde lo que sucede es más consecuencia del azar que de la propia voluntad de sus personajes. Pero más allá de esa rotulación arbitraria, es justo reconocer que se trata de una de sus comedias más optimistas y relajadas en la cuales priva un sentido del humor constante que enmarca los derroteros de un joven Romeo de los años 30 en torno de una Julieta muy romántica pero enamorada de otro hombre. Desde que Allen abandonó la actuación de sus propios personajes, se observa que sus nuevos alter egos resultan algo más relajados. Lejos han quedado aquellos personajes traumatizados y extremadamente dependientes del psicoanálisis para poder soportar la ansiedad que les producía la vida moderna, especialmente en la Nueva York de la segunda mitad del siglo XX, que por otra parte, Allen ha retratado con inmenso talento. No obstante ello, en esta nueva pelicula, su nuevo personaje, Bobby Stern, estupendamente interpretado por Jesse Eisemberg ("Red Social", "Now You See Me"y que ya trabajó con Allen en "De Roma con Amor" ) puede verse como un sucesor de aquellos hombrecitos dudosos e insignificantes que tanto éxito le dieron a Allen. En un primer plano de análisis, Allen propone una estructura de novela en la cual se reserva el papel de la voz del narrador que introduce cada capítulo de la trama. Se trata de un viaje iniciático. Bobby abandona la Nueva York de los años 30 asediada por los problemas económicos de la gran depresión, para ir en busca de un destino mejor, hacia el oeste, a la emergente Los Ángeles, que se está comenzando a transformar en una meca del cine. La experiencia de Bobby será la del propio Allen, que nunca comulgó ni comulgará con el ambiente de Hollywood, sin caer en ninguna de las tentaciones que pudieran ofrecerle los grandes estudios. El mundo que frecuenta Bobby será el de su Tío Phil, un apreciado representante de actores que vive sumergido en la mentira de su propia vida. Todo lo que allí vivirá Bobby será vano y superficial como el mundo que lo rodea, y finalmente decidirá volver a su ciudad natal. Una Nueva York venida a menos iluminada por las luces tenues de fríos atardeceres que contrasta con los soles ardientes y los tonos dorados con que Vittorio Storaro fotografía los ambientes del Oeste. Pero en Bobby, todo será añoranza y necesidad de regreso. En un segundo plano, desarrolla una historia de amor convencional pero limitada por las diferencias de clase, diferencias que, en el Oeste, básicamente establece el dinero. Phil se enamorará perdidamente de Vonnie (Kristen Stewart) pero regresará a Nueva York. Allí conocerá a otra Vonnie, Una será el gran amor de su vida. La otra, su esposa y madre de sus hijos. Una dualidad que lo sellará para el resto de su vida. Esta dualidad será un nuevo concepto en el cine de Allen, presentando un nuevo personaje que es un romántico absolutamente alejado de sus "loosers" de los años 70 y 80. La referida dualidad, las dos Vonnies, una terrenal (la esposa y madre) y otra, ideal, la novia que vive en el recuerdo, solo encuentran un parangón en el personaje de Jeff Bridges de "La Rosa Púrpura de El Cairo", cuya dualidad era la de ser un personaje de pelicula que se volvía real saliendo de la pantalla de cine, o más lejanamente, en el cine de Francois Truffaut, concretamente en "Las Dos Inglesas". No obstante ello, hay una constante en las heroínas del cine de Allen. Más alla de la búsqueda de independencia de casi todas ellas, todas son vulnerables y buscan la seguridad en el hombre. Y esa seguridad en la sociedad americana, es fundamentalmente economica. Esa seguridad es la que no puede darle Phil a la primera Vonnie en Los Ángeles, pero si es la seguridad que más tarde, puede darle a la "otra Vonnie", quien será la madre de sus hijos en Nueva York. Y esa misma seguridad es la que encuentra la primera Vonnie, transformada en una mujer vanidosa, cuando años después pasa por el Café Society en Nueva York y reencuentra a Phil transformado en el gran manager del Café. En un tercer plano, aparece lo azaroso. Bobby proviene de una familia judía de un barrio pobre de Nueva York donde su hermano Al es un guardaespaldas de la mafia. Como tal, es el opuesto de Bobby, un hombre violento que no titubea en pecar ni matar. Como consecuencia de ello, es enjuiciado y condenado. Su destino será morir en la silla eléctrica. Y aquí el azar woodyallensco, aparecerá en la figura de un cura católico del penal que con su prédica reformará espiritualmente a Al, perdonándole sus pecados aunque, obviamente, no sus crímenes. El reo, entonces, encontrará la paz espiritual, se convertirá al catolicismo y morirá sabiendo que Dios perdonará sus pecado y le permitirá la entrada al paraíso. Esta faceta religiosa, espiritual es nueva en el cine de Allen. Sus personajes, casi siempre judíos, han sido no creyentes o no practicante de la religión. En este aspecto, el film se emparenta con la serie de comedias azarosas cuyos mayores exponentes son "Crímenes y Pecados" y "Match Point" donde los personajes zafaban de sus pecados capitales no por gracia divina sino por azar, y Al se emparenta también con Mickey, el personaje que interpretaba Woody en "Hanna y sus Hermanas", un hipocondriaco incurable que buscaba desesperadamente respuestas religiosas en el Central Park. En resumen, el nuevo film de Allen no solo es entretenido y está muy bien relatado, sino también puede ser analizado en el contexto de su obra como un film que muestra un cambio de actitud en algunos personajes donde aparecen virtudes humanas como el optimismo en Bobby o la necesidad de salvación en Al, que marcan una cambio importante en el discursos que Allen ha mantenido durante tanto tiempo. Sería reiterativo señalar las virtudes de todo el cast que lo acompaña, un equipo actoral absolutamente perfecto. Además de ello, nos encontramos con un maestro de maestros en la fotografía. Allen se dio el gusto de contar con el italiano Vittorio Storaro para el manejo de la luz y las cámaras, el extraordinario fotógrafo de "Adios Hermano Cruel", "Novecento" y "Appocalipysys Now". Finalmente, la banda sonora contiene una verdadera colección de los grandes temas de Richard Rodgers y Lorenz Harts como "Have You Mets Miss Jones", "The Lady is a Tramp", "My Romance" o "Manhattan", entre otras. Todo los aspectos técnicos concuerdan maravillosamente en pos de un logrado film que deleita con su visión.
CAFÉ SOCIETY es una muestra más del inagotable talento de Allen. Aquí se mete al público en el bolsillo desde la ternura y la ingenuidad de un muchacho judío de Nueva York de modesta existencia que en la década de 1930 viaja a Hollywood para que su tío, promotor de celebridades, le proporcione un trabajo que le permita progresar. Allí el joven se enamora perdidamente de la secretaría de su tío que está de novia con un hombre casado. Se tata de una historia de amor inconclusa en un contexto turbulento teñido por desigualdades sociales,glamour y mafia que en ningún momento decae. A todo esto hay que sumar las excelentes actuaciones de Eisenberg, Stewart y Carrell junto a la solidez de todos los rubros técnicos (8/10)
Excelente. Carrell y Stewart son magníficos, pero Eisenberg debe ser el mejor "Woody" desde el propio Woody. El tema es que el ritmo es arrollador y no alcanza con una sola mirada para degustar todos los chistes (algunos neutralizados por los subtítulos), y las sutilezas del libro. Disfruté mucho con las partes más brutales del film, aportadas por el hermano gangster.
Sencillamente encantadora. Todo el talento de Woody Allen en el cuento, la elección de los intérpretes, la dirección, los técnicos, etc.-
Muy perpicaz Fabian.....todavía me quedan las neuronas correctoras. Aguante MdP....
me resultó curioso que ayer, mientras esperaba para ver a La luz incidente, varios grupos de mujeres se acercaban a la boleteria y pedían "La de Woody Allen..." Ya ni título necesitan sus películas...
Excelente, como siempre. Coincido plenamente con Diego cuando se refiere a que año a año nos sigue sorprendiendo y que consigue lo que muchos no logran en toda su carrera. Saludos a Dufo que se corrigió a tiempo, mas allá de la Gral Paz la gente también va al cine
Crónico, sempiterno seguidor de este genio irrepetible que es Woody Allen, aguardaba con gran expectativa el estreno local de su enésimo aporte anual, y vaya que la disfruté como nunca, ya que el tema, las locaciones en ambas costas de USA, la magnífica fotografía de Storaro y el ambiente tan perfectgamente logrado de los club nocturnos, fiestas hollywoodenses, su eterna referencia al judaismo que satiriza elegantemente y otras constantes de su profusa filmografía se potencian en grado sumo. Los intérpretes, con Jessie Eisenberg y Kristen Stewart a la cabeza, se sacan chispas, al igual que quienes encarnan queribles y reconocibles personajes secundarios. Para quienes frecuentamos el cine de los años de oro de Hollywood, rememoramos nombres emblemáticos que son citados, por lo general por parte del tío Phil Stern..En fin, una cadena de logros con telón de fondo del maravilloso jazz que prestigia este film que muestra la perfecta vigencia de su inoxidable creador.
!A la vejez viruela!... Ahora que la ví creo que ha hecho una de sus películas más perfectas... Bueno, con la ayuda de Stewart y Storaro.
Creo que ya es inútil desentrañar si cada pelicula de Woody es mejor o peor a la anterior, si es mejor o peor que las de sus períódo más pleno, si se repite, si es más de lo mismo, si los supuestos dobleces de su vida privada ensombrecen sus méritos. ¿Es que le queda tiempo a este hombre para hacer maldades? No creo que haya otro director en la historia del cine que tenga un traje de amianto tan abrigado, que uno tenga que decir " a esta pelicula no la voy a disfrutar" Eso es imposible...y lo venimos diciendo desde hace mucho con cada estreno anual de sus películas. Tenemos fama de que los porteños -o los argentinos- tenemos un pacto de amor con Woody Allen... quizás tengan razón.